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= Proyecto de Recuperación del Bajo Vélez: Intervención en cinco puntos estratégicos del delta del río Vélez en Vélez Málaga-Torre Del Mar =
   
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== '''ÍNDICE''' ==
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INTRODUCCIÓN
   
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Reflexiones del paradigma: Una Exploración Ecocéntrica en la Era del Cambio Climático y el Consumismo
6/11/2023
 
   
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Problemáticas en el litoral Mediterráneo
Hace ya dos semanas que no escribo, pues en las ultimas clases hemos estado trabajando en el proyecto y hemos ido coordinando y trabajando por otra parte. Yo formo parte del equipo de coordinación, que nos encargamos de supervisar y como el nombre indica, de coordinar entre los 5 grupos, que cada uno tiene una zona de intervención. En la ultima clase, además de preparar los planos para realizar una maqueta, esquematizamos y pusimos en común las tres fases de intervención de cada grupo. Esta todo en proceso de limar, corregir y no me da la vida:
 
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Proyecto del Delta
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SEMINARIOS
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Clases-Citywiki
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Visita al lugar
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Método de trabajo
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Visita de Luis Aguirre
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Visita de Rafal Yus
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PROPUESTA
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1º Fase. Lo imprescindible
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2º Fase. Lo necesario
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3º Fase. Lo deseable9
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CONCLUSIÓN
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= INTRODUCCIÓN =
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== Reflexiones del paradigma: Una Exploración Ecocéntrica en la Era del Cambio Climático y el Consumismo ==
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En el amanecer del siglo XXI, nos encontramos ante un cruce de caminos crítico en la historia de la humanidad. Nuestra sociedad moderna, impulsada por el consumismo desenfrenado y el capitalismo voraz, se enfrenta a una crisis ecológica sin precedentes. En estas páginas, abordaremos el paradigma ecológico desde una perspectiva ecocéntrica, sumergiéndonos profundamente en la evaluación del estado del mundo actual. Analizaremos exhaustivamente las consecuencias devastadoras que estas tendencias tienen en el medio ambiente, las amenazas inminentes si no modificamos nuestro curso y las estrategias esenciales para revertir esta senda destructiva. Además, destacaremos el papel fundamental de la arquitectura y la imperiosa necesidad de abordar la masificación del turismo y consumismo como un elemento crítico en la búsqueda de soluciones.
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=== ¿En qué punto nos encontramos y qué consecuencias está teniendo? ===
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La contemporánea sociedad que habitamos se encuentra inmersa en un paradigma industrial que, en su momento, se percibió como un avance beneficioso. Sin embargo, ha alcanzado niveles de insostenibilidad alarmantes. En un mundo globalizado, donde a menudo elegimos productos baratos de lugares lejanos en lugar de apoyar a negocios locales, el dinero ostenta un poder innegable. Cuando, la verdadera factura, expresada en términos de emisiones y daños ambientales, es inconmensurablemente más alta.
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Por ejemplo, cuando optamos por ese producto económico de China, ignoramos las emisiones significativas generadas por el avión que lo transporta. Este enfoque consumista, impulsado por el capitalismo, se ha convertido en una maquinaria insaciable que explota sin piedad los recursos naturales. Los pequeños comercios ceden terreno ante las cadenas gigantes, con sus constantes ciclos de temporadas que promueven la obsolescencia programada de productos, fomentando la necesidad de reemplazar lo que ya no está "a la moda".
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En este ciclo perpetuo, nos vemos atraídos por ofertas y descuentos, a menudo adquiriendo cosas que no necesitamos en ese momento, cayendo en la trampa del consumismo. Nos bombardean con publicidad, manipulándonos y arrastrándonos a un ciclo insostenible de compras y desechos. Esto se refleja en las montañas de ropa acumuladas en lugares inverosímiles, como el desierto de Atacama, oculto bajo toneladas de textiles. Pero la crisis no se limita a la ropa; los océanos también se ven asediados por montañas de plástico, creando islas del tamaño de países. La Gran Mancha del Pacífico Norte, entre Hawái y California, está estimada en 80,000 toneladas de plástico que abarcan una extensión de 1.6 billones de km², es decir, tres veces el tamaño de Francia.
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En este mundo contemporáneo, los intereses económicos ejercen una influencia significativa en la formulación de políticas, perpetuando sistemas que favorecen la explotación desenfrenada de recursos naturales en beneficio de unos pocos. Las políticas que permiten la evasión de impuestos o la relajación de regulaciones ambientales a menudo benefician a las grandes corporaciones en detrimento de la salud del planeta y de las comunidades más vulnerables.
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Una parte del problema radica en la poca concienciación de la población en general. La cultura del consumismo y la incansable búsqueda de riqueza han relegado la preocupación por el medio ambiente a un segundo plano. El afán de obtener más y más, en lugar de valorar la sostenibilidad y la preservación de la naturaleza, ha llevado a la sobreexplotación de recursos y la sobre generación de residuos.
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=== ¿Qué consecuencias está teniendo? ===
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El consumo desenfrenado y la búsqueda constante de ganancias a corto plazo han llevado al agotamiento de ecosistemas enteros y a la degradación sin piedad de la Tierra. El planeta está siendo sometido a una presión insoportable, y el ritmo de consumo y producción que sostenemos es insostenible. La población global, en constante crecimiento, y la urbanización implacable han dado lugar a la expansión de gigantescas metrópolis devoradoras de tierra. En medio de la búsqueda insaciable de crecimiento económico, hemos perdido de vista la importancia de preservar y proteger el mundo natural que sostiene nuestra existencia.
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Podríamos profundizar en innumerables temas interconectados, desde la crisis energética y económica relacionada con el agotamiento del petróleo, la desigualdad social, el poder de los magnates financieros, la influencia de las dudosas democracias atadas al capitalismo, la amenaza a la capa de ozono, la explotación animal, la explotación del suelo para producciones agrícolas, ganaderas o energéticas, el derretimiento de los casquetes polares, hasta la constante y acelerada pérdida de biodiversidad y extinciones masivas en todos los reinos naturales.
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Pero tristemente, dos palabras ya forman parte de nuestro día a día: el Cambio Climático, un fenómeno innegable, está en la vanguardia de los desafíos que enfrentamos. La quema de combustibles fósiles y la deforestación han elevado las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, provocando la intensificación de eventos climáticos extremos, el aumento de las temperaturas globales y la acidificación de los océanos. Las olas de calor, las sequías prolongadas y los huracanes devastadores se han vuelto cada vez más comunes. Las comunidades menos favorecidas son las más afectadas, mientras que los principales responsables a menudo se escudan en sus privilegios económicos y políticos. Las poblaciones costeras están en riesgo a medida que el nivel del mar sigue aumentando, provocando la destrucción de hogares y la pérdida de vidas. La contaminación del aire afecta la salud de millones de personas, mientras que la pérdida de biodiversidad amenaza con desencadenar una cascada de problemas que afectarán la seguridad alimentaria y la estabilidad económica.
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Las emisiones de gases de efecto invernadero, provenientes en su mayoría de los países industrializados, continúan sin control, a pesar de las advertencias científicas. Esta falta de acción refleja la influencia del dinero y el poder en la política global. Los intereses de la industria y la avidez por el beneficio inmediato prevalecen sobre la preservación de nuestro planeta y la prosperidad a largo plazo.
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Esta interconexión de factores subraya la urgencia de un cambio profundo en nuestros valores y prácticas si deseamos abordar de manera eficaz los desafíos ecológicos que se ciernen sobre nosotros. Las proyecciones más pesimistas señalan una serie de escenarios catastróficos: la pérdida masiva de biodiversidad, la escasez de recursos vitales y el aumento de conflictos por su acceso se vislumbran en un futuro sombrío. Las poblaciones desplazadas debido a la degradación ambiental podrían dar lugar a crisis humanitarias a gran escala, y las áreas costeras podrían convertirse en zonas inhabitables.
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=== ¿Qué estrategias seguir? ===
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Para revertir esta peligrosa tendencia que amenaza la salud de nuestro planeta, se requiere un cambio de paradigma que coloque a la Tierra y sus ecosistemas en el centro de nuestras preocupaciones, por encima de las ganancias económicas. En esta transformación, la arquitectura emerge como un actor clave. La planificación y el diseño sostenible de edificios y ciudades pueden marcar una diferencia significativa al reducir nuestra huella ecológica, minimizar el consumo de energía y crear un entorno construido en armonía con la naturaleza, no en su contra.
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En el contexto de la masificación del turismo, un problema tristemente cada vez más común en el litoral mediterraneo, se torna aún más esencial promover prácticas responsables que minimicen tanto el impacto ambiental como el cultural. La preservación de la belleza natural de los lugares, como de zonas totalmente vírgenes y el bienestar de las comunidades locales debería ser unos factores determinantes en la práctica del turismo.
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La arquitectura sostenible abarca una serie de enfoques y estrategias que apuntan a la eficiencia energética y a la utilización de materiales respetuosos con el entorno. Asimismo, se centra en la integración de diseños que consideran la topografía local, el clima y la biodiversidad. Pero, además de una manera de construir y diseñar más respetuosa con la naturaleza, también se debe promover la renaturalización de lugares arrebatados a la naturaleza, que han visto peligrar su biodiversidad a causa de la expansión urbana. Restituirles su función ecológica y permitir que la naturaleza recupere su equilibrio es esencial.
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En este proceso, la demolición sostenible de estructuras que han contribuido a la degradación del entorno se convierte en un paso necesario. La demolición sostenible no solo busca reducir la generación de residuos, sino que también promueve el reciclaje de materiales y la economía circular.
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En el ámbito de las ciudades, la planificación urbana sostenible busca crear espacios que fomenten la movilidad sostenible, como el transporte público eficiente, la promoción del ciclismo y el diseño de ciudades que fomenten el caminar. La infraestructura verde, que incluye parques y áreas verdes, no solo mejora la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también ayuda a absorber las emisiones de carbono y a conservar la biodiversidad local.
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Todas estas prácticas con un enfoque ecocéntrico, puede marcar la transición hacia un entorno construido más en alianza con la naturaleza y menos perjudicial para la biodiversidad local. La renovación y revitalización de espacios urbanos y rurales de esta manera contribuyen a la restauración de ecosistemas dañados y al fortalecimiento de la resiliencia de la naturaleza en un mundo en constante cambio.
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== Problemáticas en el litoral Mediterráneo ==
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El litoral costero del Mediterráneo, con su mezcla de belleza natural y biodiversidad única, enfrenta desafíos considerables relacionados con la construcción y el cambio climático que amenazan tanto la integridad de los ecosistemas y ecotonos, como la seguridad de las comunidades que viven en estas zonas de gran valor ecológico y cultural.
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Uno de los problemas más acuciantes en estas regiones costeras es la urbanización descontrolada. El atractivo de estas áreas ha llevado a una proliferación de infraestructuras, en particular hoteles y desarrollos turísticos, a menudo sin un adecuado plan de ordenación territorial. Este crecimiento desenfrenado puede resultar en la sobreexplotación de la línea de costa y la degradación de hábitats costeros sensibles. La construcción ilegal y la ubicación demasiado cerca de la línea de costa no solo desafían la legalidad, sino que también contribuyen a la erosión de playas y la destrucción de su biodiversidad, además de poner en peligro la construcción y las personas que la habiten, pues no se tienen en cuenta el transcurso de la naturaleza en sus cada vez más agresivos temporales.
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El cambio climático, con su aumento de la frecuencia e intensidad de temporales y tormentas en el Mediterráneo, exacerba estos problemas. Los eventos climáticos extremos provocan la erosión de la costa y la destrucción de infraestructuras que se encuentran en áreas vulnerables. Además, el aumento del nivel del mar, impulsado por el cambio climático, es una amenaza creciente para las áreas bajas del litoral, lo que requiere una adaptación adecuada para proteger a las comunidades y a sus medios de vida.
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Para abordar la erosión costera y proteger las infraestructuras, se han implementado soluciones temporales como el relleno de playas con arena y la construcción de espigones, además del continuo arreglo tras dichos temporales. Estas medidas son económicamente insostenibles, ya que estos destrozos van a ir aumentando su frecuencia y gravedad, nos hemos convertido en cautivos de esos desmesurados costos de arreglos por no haber escuchado a la naturaleza y haber previsto estos hechos. Además, tienen impactos ecológicos significativos, alterando el flujo natural de sedimentos y afectando negativamente a los ecosistemas marinos, incluidos los hábitats de peces y otras formas de vida marina.
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Otro desafío es la desaparición de deltas fluviales, debidas en gran medida a la construcción de presas y embalses que retienen grandes cantidades de sedimentos que normalmente se transportarían a los deltas. Es esencial el equilibrio entre el mar que retira los sedimentos y el río que los deposita. Al no hacerlo, el mar se va tragando el delta, avanzando la línea de costa. Además, otros problemas graves son:  la extracción excesiva de agua de los ríos a través de pozos ilegales, que reduce el caudal de agua que llega al mar; y la alteración del curso de los ríos mediante la construcción de cajones y estructuras de canalización para permitir la urbanización en las áreas circundantes, interrumpiendo el flujo natural. Este fenómeno tiene consecuencias significativas, ya que estos ecosistemas cumplen un papel vital como hábitat de numerosas especies, ya que es la unión de dos aguas y de varios ecosistemas, además de sumideros naturales de nutrientes y sedimentos, y también desempeñan un papel crucial en la protección contra inundaciones, ya que absorben y dispersan el agua de manera efectiva.
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La conservación del litoral costero del Mediterráneo exige un enfoque holístico que promueva la planificación sostenible, la restauración y renaturalización de ecosistemas costeros, la regulación de la construcción en áreas sensibles y la adaptación al cambio climático. Es esencial considerar tanto la biodiversidad como la seguridad de las comunidades en la toma de decisiones relacionadas con el desarrollo y la gestión de estas áreas críticas.
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La concienciación pública sobre la importancia de proteger y preservar el litoral costero es fundamental para lograr un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación de los valiosos ecosistemas  del Mediterráneo. El futuro de estas regiones depende de la capacidad de las comunidades locales, los gobiernos y los actores ambientales para trabajar juntos en armonía con la naturaleza y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de estas impresionantes costas.

Revisión del 18:17 6 nov 2023

Proyecto de Recuperación del Bajo Vélez: Intervención en cinco puntos estratégicos del delta del río Vélez en Vélez Málaga-Torre Del Mar

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

Reflexiones del paradigma: Una Exploración Ecocéntrica en la Era del Cambio Climático y el Consumismo

Problemáticas en el litoral Mediterráneo

Proyecto del Delta

SEMINARIOS

Clases-Citywiki

Visita al lugar

Método de trabajo

Visita de Luis Aguirre

Visita de Rafal Yus

PROPUESTA

1º Fase. Lo imprescindible

2º Fase. Lo necesario

3º Fase. Lo deseable9

CONCLUSIÓN

INTRODUCCIÓN

Reflexiones del paradigma: Una Exploración Ecocéntrica en la Era del Cambio Climático y el Consumismo

En el amanecer del siglo XXI, nos encontramos ante un cruce de caminos crítico en la historia de la humanidad. Nuestra sociedad moderna, impulsada por el consumismo desenfrenado y el capitalismo voraz, se enfrenta a una crisis ecológica sin precedentes. En estas páginas, abordaremos el paradigma ecológico desde una perspectiva ecocéntrica, sumergiéndonos profundamente en la evaluación del estado del mundo actual. Analizaremos exhaustivamente las consecuencias devastadoras que estas tendencias tienen en el medio ambiente, las amenazas inminentes si no modificamos nuestro curso y las estrategias esenciales para revertir esta senda destructiva. Además, destacaremos el papel fundamental de la arquitectura y la imperiosa necesidad de abordar la masificación del turismo y consumismo como un elemento crítico en la búsqueda de soluciones.

¿En qué punto nos encontramos y qué consecuencias está teniendo?

La contemporánea sociedad que habitamos se encuentra inmersa en un paradigma industrial que, en su momento, se percibió como un avance beneficioso. Sin embargo, ha alcanzado niveles de insostenibilidad alarmantes. En un mundo globalizado, donde a menudo elegimos productos baratos de lugares lejanos en lugar de apoyar a negocios locales, el dinero ostenta un poder innegable. Cuando, la verdadera factura, expresada en términos de emisiones y daños ambientales, es inconmensurablemente más alta.

Por ejemplo, cuando optamos por ese producto económico de China, ignoramos las emisiones significativas generadas por el avión que lo transporta. Este enfoque consumista, impulsado por el capitalismo, se ha convertido en una maquinaria insaciable que explota sin piedad los recursos naturales. Los pequeños comercios ceden terreno ante las cadenas gigantes, con sus constantes ciclos de temporadas que promueven la obsolescencia programada de productos, fomentando la necesidad de reemplazar lo que ya no está "a la moda".

En este ciclo perpetuo, nos vemos atraídos por ofertas y descuentos, a menudo adquiriendo cosas que no necesitamos en ese momento, cayendo en la trampa del consumismo. Nos bombardean con publicidad, manipulándonos y arrastrándonos a un ciclo insostenible de compras y desechos. Esto se refleja en las montañas de ropa acumuladas en lugares inverosímiles, como el desierto de Atacama, oculto bajo toneladas de textiles. Pero la crisis no se limita a la ropa; los océanos también se ven asediados por montañas de plástico, creando islas del tamaño de países. La Gran Mancha del Pacífico Norte, entre Hawái y California, está estimada en 80,000 toneladas de plástico que abarcan una extensión de 1.6 billones de km², es decir, tres veces el tamaño de Francia.

En este mundo contemporáneo, los intereses económicos ejercen una influencia significativa en la formulación de políticas, perpetuando sistemas que favorecen la explotación desenfrenada de recursos naturales en beneficio de unos pocos. Las políticas que permiten la evasión de impuestos o la relajación de regulaciones ambientales a menudo benefician a las grandes corporaciones en detrimento de la salud del planeta y de las comunidades más vulnerables.

Una parte del problema radica en la poca concienciación de la población en general. La cultura del consumismo y la incansable búsqueda de riqueza han relegado la preocupación por el medio ambiente a un segundo plano. El afán de obtener más y más, en lugar de valorar la sostenibilidad y la preservación de la naturaleza, ha llevado a la sobreexplotación de recursos y la sobre generación de residuos.

¿Qué consecuencias está teniendo?

El consumo desenfrenado y la búsqueda constante de ganancias a corto plazo han llevado al agotamiento de ecosistemas enteros y a la degradación sin piedad de la Tierra. El planeta está siendo sometido a una presión insoportable, y el ritmo de consumo y producción que sostenemos es insostenible. La población global, en constante crecimiento, y la urbanización implacable han dado lugar a la expansión de gigantescas metrópolis devoradoras de tierra. En medio de la búsqueda insaciable de crecimiento económico, hemos perdido de vista la importancia de preservar y proteger el mundo natural que sostiene nuestra existencia.

Podríamos profundizar en innumerables temas interconectados, desde la crisis energética y económica relacionada con el agotamiento del petróleo, la desigualdad social, el poder de los magnates financieros, la influencia de las dudosas democracias atadas al capitalismo, la amenaza a la capa de ozono, la explotación animal, la explotación del suelo para producciones agrícolas, ganaderas o energéticas, el derretimiento de los casquetes polares, hasta la constante y acelerada pérdida de biodiversidad y extinciones masivas en todos los reinos naturales.

Pero tristemente, dos palabras ya forman parte de nuestro día a día: el Cambio Climático, un fenómeno innegable, está en la vanguardia de los desafíos que enfrentamos. La quema de combustibles fósiles y la deforestación han elevado las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, provocando la intensificación de eventos climáticos extremos, el aumento de las temperaturas globales y la acidificación de los océanos. Las olas de calor, las sequías prolongadas y los huracanes devastadores se han vuelto cada vez más comunes. Las comunidades menos favorecidas son las más afectadas, mientras que los principales responsables a menudo se escudan en sus privilegios económicos y políticos. Las poblaciones costeras están en riesgo a medida que el nivel del mar sigue aumentando, provocando la destrucción de hogares y la pérdida de vidas. La contaminación del aire afecta la salud de millones de personas, mientras que la pérdida de biodiversidad amenaza con desencadenar una cascada de problemas que afectarán la seguridad alimentaria y la estabilidad económica.

Las emisiones de gases de efecto invernadero, provenientes en su mayoría de los países industrializados, continúan sin control, a pesar de las advertencias científicas. Esta falta de acción refleja la influencia del dinero y el poder en la política global. Los intereses de la industria y la avidez por el beneficio inmediato prevalecen sobre la preservación de nuestro planeta y la prosperidad a largo plazo.

Esta interconexión de factores subraya la urgencia de un cambio profundo en nuestros valores y prácticas si deseamos abordar de manera eficaz los desafíos ecológicos que se ciernen sobre nosotros. Las proyecciones más pesimistas señalan una serie de escenarios catastróficos: la pérdida masiva de biodiversidad, la escasez de recursos vitales y el aumento de conflictos por su acceso se vislumbran en un futuro sombrío. Las poblaciones desplazadas debido a la degradación ambiental podrían dar lugar a crisis humanitarias a gran escala, y las áreas costeras podrían convertirse en zonas inhabitables.

¿Qué estrategias seguir?

Para revertir esta peligrosa tendencia que amenaza la salud de nuestro planeta, se requiere un cambio de paradigma que coloque a la Tierra y sus ecosistemas en el centro de nuestras preocupaciones, por encima de las ganancias económicas. En esta transformación, la arquitectura emerge como un actor clave. La planificación y el diseño sostenible de edificios y ciudades pueden marcar una diferencia significativa al reducir nuestra huella ecológica, minimizar el consumo de energía y crear un entorno construido en armonía con la naturaleza, no en su contra.

En el contexto de la masificación del turismo, un problema tristemente cada vez más común en el litoral mediterraneo, se torna aún más esencial promover prácticas responsables que minimicen tanto el impacto ambiental como el cultural. La preservación de la belleza natural de los lugares, como de zonas totalmente vírgenes y el bienestar de las comunidades locales debería ser unos factores determinantes en la práctica del turismo.

La arquitectura sostenible abarca una serie de enfoques y estrategias que apuntan a la eficiencia energética y a la utilización de materiales respetuosos con el entorno. Asimismo, se centra en la integración de diseños que consideran la topografía local, el clima y la biodiversidad. Pero, además de una manera de construir y diseñar más respetuosa con la naturaleza, también se debe promover la renaturalización de lugares arrebatados a la naturaleza, que han visto peligrar su biodiversidad a causa de la expansión urbana. Restituirles su función ecológica y permitir que la naturaleza recupere su equilibrio es esencial.

En este proceso, la demolición sostenible de estructuras que han contribuido a la degradación del entorno se convierte en un paso necesario. La demolición sostenible no solo busca reducir la generación de residuos, sino que también promueve el reciclaje de materiales y la economía circular.

En el ámbito de las ciudades, la planificación urbana sostenible busca crear espacios que fomenten la movilidad sostenible, como el transporte público eficiente, la promoción del ciclismo y el diseño de ciudades que fomenten el caminar. La infraestructura verde, que incluye parques y áreas verdes, no solo mejora la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también ayuda a absorber las emisiones de carbono y a conservar la biodiversidad local.

Todas estas prácticas con un enfoque ecocéntrico, puede marcar la transición hacia un entorno construido más en alianza con la naturaleza y menos perjudicial para la biodiversidad local. La renovación y revitalización de espacios urbanos y rurales de esta manera contribuyen a la restauración de ecosistemas dañados y al fortalecimiento de la resiliencia de la naturaleza en un mundo en constante cambio.

Problemáticas en el litoral Mediterráneo

El litoral costero del Mediterráneo, con su mezcla de belleza natural y biodiversidad única, enfrenta desafíos considerables relacionados con la construcción y el cambio climático que amenazan tanto la integridad de los ecosistemas y ecotonos, como la seguridad de las comunidades que viven en estas zonas de gran valor ecológico y cultural.

Uno de los problemas más acuciantes en estas regiones costeras es la urbanización descontrolada. El atractivo de estas áreas ha llevado a una proliferación de infraestructuras, en particular hoteles y desarrollos turísticos, a menudo sin un adecuado plan de ordenación territorial. Este crecimiento desenfrenado puede resultar en la sobreexplotación de la línea de costa y la degradación de hábitats costeros sensibles. La construcción ilegal y la ubicación demasiado cerca de la línea de costa no solo desafían la legalidad, sino que también contribuyen a la erosión de playas y la destrucción de su biodiversidad, además de poner en peligro la construcción y las personas que la habiten, pues no se tienen en cuenta el transcurso de la naturaleza en sus cada vez más agresivos temporales.

El cambio climático, con su aumento de la frecuencia e intensidad de temporales y tormentas en el Mediterráneo, exacerba estos problemas. Los eventos climáticos extremos provocan la erosión de la costa y la destrucción de infraestructuras que se encuentran en áreas vulnerables. Además, el aumento del nivel del mar, impulsado por el cambio climático, es una amenaza creciente para las áreas bajas del litoral, lo que requiere una adaptación adecuada para proteger a las comunidades y a sus medios de vida.

Para abordar la erosión costera y proteger las infraestructuras, se han implementado soluciones temporales como el relleno de playas con arena y la construcción de espigones, además del continuo arreglo tras dichos temporales. Estas medidas son económicamente insostenibles, ya que estos destrozos van a ir aumentando su frecuencia y gravedad, nos hemos convertido en cautivos de esos desmesurados costos de arreglos por no haber escuchado a la naturaleza y haber previsto estos hechos. Además, tienen impactos ecológicos significativos, alterando el flujo natural de sedimentos y afectando negativamente a los ecosistemas marinos, incluidos los hábitats de peces y otras formas de vida marina.

Otro desafío es la desaparición de deltas fluviales, debidas en gran medida a la construcción de presas y embalses que retienen grandes cantidades de sedimentos que normalmente se transportarían a los deltas. Es esencial el equilibrio entre el mar que retira los sedimentos y el río que los deposita. Al no hacerlo, el mar se va tragando el delta, avanzando la línea de costa. Además, otros problemas graves son:  la extracción excesiva de agua de los ríos a través de pozos ilegales, que reduce el caudal de agua que llega al mar; y la alteración del curso de los ríos mediante la construcción de cajones y estructuras de canalización para permitir la urbanización en las áreas circundantes, interrumpiendo el flujo natural. Este fenómeno tiene consecuencias significativas, ya que estos ecosistemas cumplen un papel vital como hábitat de numerosas especies, ya que es la unión de dos aguas y de varios ecosistemas, además de sumideros naturales de nutrientes y sedimentos, y también desempeñan un papel crucial en la protección contra inundaciones, ya que absorben y dispersan el agua de manera efectiva.

La conservación del litoral costero del Mediterráneo exige un enfoque holístico que promueva la planificación sostenible, la restauración y renaturalización de ecosistemas costeros, la regulación de la construcción en áreas sensibles y la adaptación al cambio climático. Es esencial considerar tanto la biodiversidad como la seguridad de las comunidades en la toma de decisiones relacionadas con el desarrollo y la gestión de estas áreas críticas.

La concienciación pública sobre la importancia de proteger y preservar el litoral costero es fundamental para lograr un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación de los valiosos ecosistemas  del Mediterráneo. El futuro de estas regiones depende de la capacidad de las comunidades locales, los gobiernos y los actores ambientales para trabajar juntos en armonía con la naturaleza y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de estas impresionantes costas.