Monografico de Proyectos 2024-2025/DUPONT

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Clase de 17 de septiembre

En esta primera clase, me ha llamado la atención cuando hemos hablado de cómo tienen que ser los arquitectos de hoy. Veo este tema muy interesante porque todos sabemos que vivimos en una época donde el medio ambiente, la ecología y todos estos temas son las principales cuestiones a resolver, y los arquitectos tenemos un papel muy importante en eso. Creo que nosotros, los estudiantes de hoy, estamos en un momento de cambio porque debemos aprender arquitectura de otra manera. La visión ecocéntrica tiene que estar en el centro de los cursos y en las maneras de pensar los proyectos, incluyendo cursos de rehabilitación, medio ambiente y temas relacionados. En Francia, por ejemplo, comenzamos a ver cambios en los cursos que se enseñan, pero creo que este cambio debería ser más rápido. Tenemos que formar a los jóvenes para que transformen el mundo arquitectónico del mañana. Buscar nuevas tecnologías o maneras de construir más ecológicas es muy importante, pero también creo que debemos cambiar nuestros códigos sociales y nuestra relación con el entorno. Es necesario un cambio de mentalidad, además de un cambio tecnológico, porque si usamos tecnología "ecológica" pero mantenemos la misma forma de pensar que antes, no servirá de nada. He leído mucho los textos y la filosofía de Arne Naess, que trata sobre la Ecosofía, y estoy convencida de que esta idea es la que debemos adoptar y que nos será muy útil como arquitectos en la forma de pensar la arquitectura. Es importante ver el medio ambiente como algo global que incluye diferentes crisis, no solo la medioambiental, sino también la energética, social y política, como lo hemos visto en el curso. Creo que para abordar, por ejemplo, los problemas sociales y políticos, no solo se necesita un cambio material, como la arquitectura o la tecnología, sino también un cambio inmaterial en las formas de pensar el mundo y en la relación entre el ser humano y su territorio.


Clase del 24 de septiembre

Creo que estamos en una nueva época para la arquitectura porque ahora lo más importante para los arquitectos es la ecología. Tenemos que pensar de esta manera, y la reflexión sobre el proyecto debe tener en cuenta esta configuración. Hemos hablado de la renaturalización, y veo este tema como algo muy interesante: ¿cómo hacer que la arquitectura mejore el espacio y el lugar donde se construye? Sin embargo, creo que esta no es la única solución ni el único trabajo que los seres humanos deben llevar a cabo. Muchos científicos trabajan en encontrar materiales de construcción eco-responsables, pero pienso que también debemos cambiar nuestra manera de utilizar los recursos de la Tierra. Los humanos de hoy tenemos un modo de vida que no corresponde a este movimiento ecológico: nuestras actividades, nuestro consumo, la manera en que viajamos... Siempre queremos más cosas, más grandes, más rápidas, más baratas. Los arquitectos tienen un papel muy importante en esto porque son quienes imaginan los espacios donde vivimos y, a su vez, estos espacios condicionan nuestra forma de vida. Además de mejorar el espacio exterior, los arquitectos deben trabajar en mejorar el espacio interior para facilitar este cambio de conciencia. Creo que actualmente los seres humanos no somos lo suficientemente modestos respecto a nuestro mundo. Hemos olvidado cómo vivir en armonía con nuestro entorno, cómo observar la naturaleza para aprender a construir cosas y cómo volver a lo simple. Hay un pensamiento filosófico llamado "Ecosofía" (de Félix Guattari), que promueve la búsqueda de una sabiduría para habitar el planeta. Es lo contrario del antropocentrismo: el ecocentrismo. Este plantea que los seres humanos están al mismo nivel que los animales o la vegetación, que todo tiene su papel y debe coexistir en armonía. Debemos aprender de la naturaleza, y creo que esto es lo más importante para los arquitectos de hoy.


Clase del 01 de octubre

Concretizar lo que hemos visto en los cursos anteriores y poder verlo en la realidad me parece muy interesante, sobre todo en la práctica de la arquitectura. Creo que lo que más me ha marcado en este paseo ha sido la discusión inicial sobre el Genil encajado. La absurda insistencia del ser humano en querer controlar la naturaleza e inventar tecnologías para ser más productivos y rápidos se representa perfectamente en el caso del Genil. Los humanos construyen una caja de hormigón para que el agua corra más rápido, pero después, al darse cuenta de que el agua corre demasiado rápido, tienen que construir algo más para reducir su velocidad. Esto demuestra que debemos observar antes de actuar. Si lo hacemos, veremos que la naturaleza ya tiene soluciones para muchos de estos problemas y que no siempre necesitamos construir algo nuevo para resolverlos. Esto también me ha hecho pensar en un texto que estoy estudiando para mi tesis de fin de grado, titulado: "Au carrefour de l'Anthropocène, émergence d'une écoformation transdisciplinaire de notre appartenance au monde" de Paulo Freire Vieira (En el cruce del Antropoceno, surgimiento de una ecoformación transdisciplinar que refuerce nuestra pertenencia al mundo). En este texto, se habla del papel de la naturaleza en nuestras decisiones y se menciona el concepto de "valor intrínseco" (valeur intrinsèque). Es la idea de dar un poder de decisión a los elementos naturales y de que sean representados: al formar parte de la Tierra igual que nosotros, también deben tener representación, como nosotros. Un ejemplo interesante es el caso de un río en América del Sur que está representado por una persona encargada de hablar en su nombre y defender sus intereses. No sé si esto es realmente posible o si es solo una utopía, pero como mencionamos en el primer curso: "la utopía es como un horizonte". Creo que estas ideas son muy importantes porque nos ayudan a resaltar puntos clave y a cuestionar nuestros modos de pensar y de vivir en el mundo.


Clase del 8 de octubre

Hemos hablado de la idea de Bruno Latour sobre la "controversia medioambiental", y resulta muy interesante asociar esta idea con el caso de la costa de Málaga. La sobreexplotación de este entorno natural representa una gran controversia medioambiental porque muestra cómo diferentes actores, como promotores, ecologistas y habitantes, debaten sobre el uso de los recursos naturales y la modificación del territorio. Uno de los conflictos clave es la oportunidad que tienen las empresas turísticas de generar empleo, desarrollar la economía y dinamizar la región. Sin embargo, esto también genera problemas para los habitantes, ya que sufren las consecuencias de la destrucción de zonas naturales, la contaminación del agua y del suelo. Los habitantes se benefician de la situación económica creada por el turismo, pero al mismo tiempo padecen los efectos ecológicos negativos en su entorno. La sociedad no puede comprender completamente estos problemas si las preocupaciones de los ecologistas no se hacen escuchar en los debates políticos, y si la ecología no tiene el mismo peso que la economía en nuestra sociedad. Esta controversia también revela cómo percibimos la naturaleza. En el caso de la costa de Málaga, la naturaleza es vista como un producto destinado a los turistas, lo que lleva a una explotación intensiva del espacio. En contraste, los ecologistas intentan representar la naturaleza como una entidad frágil que debemos proteger. Esto se puede lograr, como mencioné en el resumen de la clase del 1 de octubre, a través de la representación de los elementos naturales como si fueran personas. La pregunta crucial en el caso de Málaga es: ¿debemos priorizar el beneficio económico inmediato o adoptar un enfoque más sostenible que permita preservar la naturaleza para las generaciones futuras? Como arquitectos, también debemos plantearnos esta pregunta, ya que somos actores en la explotación de la naturaleza. Comparar la idea de Bruno Latour con el caso de la explotación de la costa de Málaga nos ayuda a entender los problemas actuales y a reflexionar sobre las cuestiones y comportamientos que debemos adoptar frente a esta situación.


Clase del 15 de octubre

En esta clase hemos hablado de muchas cosas, pero lo que más me ha llamado la atención ha sido lo relacionado con la casa del profesor. Primero, creo que, como arquitectos, ser capaces de investigar sobre la sostenibilidad de nuestras propias casas es algo muy importante, si no esencial. Esto nos permite realmente entender cuáles son los problemas actuales para no repetirlos en nuestra arquitectura. Sin embargo, lo que más me ha impactado es que, aunque esta casa podría ser construida con materiales eco-responsables y locales, y equipada con sistemas de ventilación o calefacción natural, todos estos esfuerzos no hacen que la casa sea completamente sostenible si está localizada en las afueras de la ciudad. Honestamente, no habría pensado en esto, porque solemos centrarnos en el edificio en sí, pero no en el impacto de los hábitos de la vida cotidiana, como los desplazamientos diarios en coche. Creo que, como arquitectos de un futuro orientado hacia la preservación del medio ambiente, debemos considerar durante el proceso de diseño el impacto ecológico de la construcción, los materiales y los usos posteriores del edificio. Tener un comportamiento eco-responsable significa tener en cuenta todo lo que hacemos, todas las cosas que utilizamos y cómo las utilizamos. Esto me recuerda a un seminario que vimos en el segundo curso en mi escuela de Burdeos, donde se habló del consumo de CO2 de las personas. Había, por ejemplo, dos tipos de personas: una que tenía un comportamiento muy eco-responsable en su vida cotidiana (separar residuos, desplazarse en bicicleta, no comer carne...) y otra que hacía lo contrario (no separar residuos, usar el coche constantemente, consumir mucho plástico...). Sin embargo, lo más sorprendente de este ejemplo era que la persona eco-responsable viajaba en avión una vez al año para irse de vacaciones, mientras que la segunda persona nunca había viajado en avión. El resultado era que la persona más eco-responsable tenía un consumo de CO2 anual mucho más elevado debido a ese único vuelo anual. Este ejemplo me llamó mucho la atención porque demuestra que todos esos esfuerzos cotidianos no sirven de nada si haces algo con un impacto tan grande, como coger el avión. Lo mismo sucede con la casa: el edificio puede ser sostenible desde todos los puntos de vista, pero eso no sirve de nada si tienes que usar el coche todos los días para ir al trabajo. Esto demuestra que debemos ser conscientes del impacto de cada acción que realizamos y no quedarnos en una sostenibilidad "artificial".


Clase del 22 de octubre

La visita a Salobreña y su entorno fue muy interesante porque nos permitió ver en la realidad los problemas que estudiamos en clase. Me di cuenta de lo que realmente está ocurriendo en la costa de España, algo que nunca había visto antes. El turismo de masas en estos lugares parece ser la causa principal de los problemas, ya que todas las construcciones están destinadas a los turistas y al mantenimiento de la economía local. Estoy convencida de que el arquitecto tiene un papel muy importante en esta situación, pero creo que, antes de cambiar nuestra manera de construir, debemos cambiar nuestros valores políticos y la forma en que usamos el territorio en el que vivimos. Si las leyes y el gobierno no prohíben la construcción en zonas protegidas, junto al mar o en espacios naturales, será difícil convencer a la sociedad de que estamos actuando de una manera equivocada. La conciencia ecológica debe integrarse no solo en el pensamiento de las personas, sino también en las leyes, para que tenga mayor relevancia. Actualmente, el dinero siempre parece tener más peso que la preservación del medio ambiente, y debemos revertir esta situación. Durante la visita, hablamos mucho sobre diferentes casos de soborno, lo que me recordó lo que ocurre en mi lugar de residencia: la isla de Oléron. En esta isla, se implementaron muchas leyes después de la tormenta Xynthia en el invierno de 2010, que causó grandes inundaciones en varias partes de la isla debido a que las dunas no pudieron contener el avance del mar. Ahora, hay muchas zonas donde no se puede construir nada, y otras donde la construcción está permitida pero debe cumplir ciertas reglas. Por ejemplo, está totalmente prohibido construir nuevas casas sobre las dunas. Sin embargo, existe un caso de soborno relacionado con la casa del alcalde de una ciudad de la isla, quien pudo construir su vivienda sobre una duna gracias a su posición política. Esta construcción ha generado muchos problemas en la lucha por la conservación del litoral y me parece un ejemplo muy similar a lo que está ocurriendo con los hoteles en la costa de Granada.


Clase del 29 de octubre

No pude asistir a esa clase porque mi apartamento se inundó debido a la lluvia, pero este accidente me hizo reflexionar sobre cómo podemos reaccionar ante estas catástrofes naturales que ocurren con mayor frecuencia cada año a causa del cambio climático. Vemos que, en todas partes del mundo, se producen tormentas, incendios e inundaciones que los seres humanos no pueden controlar. El arquitecto tiene un papel importante en la adaptación a estos cambios meteorológicos, ayudando a que estemos mejor preparados cuando se produzca una tormenta u otro fenómeno similar. Por ejemplo, en mi caso, la lluvia se infiltró por debajo de la puerta de mi terraza porque esta se llenó de agua debido a una evacuación deficiente. Esto provocó la inundación. No sé si mi observación es del todo acertada, pero creo que podría deberse a que, en España, no llueve mucho y las construcciones no están diseñadas para evacuar grandes cantidades de agua como las que hemos visto en los últimos días. La nueva generación de arquitectos debe plantearse, durante la concepción de los proyectos, cómo los edificios pueden resistir desastres naturales que ahora son más frecuentes. En Francia, en el verano de 2022, hubo un gigantesco incendio en el bosque "des Landes", cerca de Burdeos, que redujo muchas casas a cenizas. Ahora, la cuestión es: ¿cómo reconstruir todo para que no vuelva a ocurrir? Este tema, sobre cómo reconstruir después de desastres naturales, me parece muy importante e interesante, y creo que también es relevante para el caso de Valencia. Es evidente que, si hubiéramos construido desde el principio de una manera respetuosa con el entorno, muchas de estas situaciones no habrían ocurrido. Pero ahora debemos mirar hacia adelante y pensar en cómo construir mejor para nuestro futuro.


Seminario del 06 de noviembre

Creo que la manera de trabajar sobre los diferentes casos en el seminario es una forma más sencilla y efectiva para entender los problemas y los agentes implicados en los lugares de estudio. Antes del seminario, no entendía muy bien en qué consistía el trabajo que teníamos que realizar, pero ahora lo comprendo mejor gracias a las discusiones con los investigadores. Trabajar con personas que tienen diferentes puntos de vista y profesiones nos ayuda a comprender la situación desde diversas perspectivas y a formar nuestra propia opinión. Establecer diferentes escenarios, tanto positivos como negativos, sobre las situaciones futuras, es una forma de trabajo muy interesante que nunca había realizado antes. Este método nos permite entender los desafíos a los que debemos enfrentarnos. También creo que puede ser una manera interesante de abordar la arquitectura. Al adoptar esta metodología, el arquitecto se coloca en distintas situaciones, lo que le permite encontrar soluciones más adecuadas a los desafíos del terreno. Esta forma de trabajar se relaciona con lo que mencioné en la clase del 1 de octubre: "la utopía es como un horizonte". En este contexto, podemos ver los escenarios positivos como utopías que nos inspiran a desarrollar soluciones adecuadas para los diversos problemas y agentes implicados. Me gustaría mucho continuar trabajando de esta manera durante la segunda parte del semestre.


Clase del 12 de noviembre

El curso teórico sobre los dos tipos de paisajes (sistema económico y sistema ecológico) me parece muy interesante, y considero que el sistema ecológico y la visión ecocéntrica son objetivos hacia los que debemos aspirar, como una utopía que nos sirve de horizonte. Actualmente, vivimos en una época en la que la cuestión económica ocupa un lugar predominante en nuestra sociedad, y el objetivo es invertir esta tendencia para que la visión ecocéntrica se convierta en el "maestro pensador" de nuestra sociedad. Una manera de avanzar hacia esta forma de pensar podría ser mediante la expansión del turismo verde o turismo ecoresponsable. Creo que esta puede ser una solución muy positiva por varias razones. Primero, este tipo de turismo permite proteger las zonas naturales y los ecosistemas, asegurando su conservación a lo largo del tiempo. Segundo, visitar áreas naturales con ecosistemas ricos sensibiliza a las personas sobre cómo funcionan estos ecosistemas y cómo podemos protegerlos mejor. La gente toma conciencia de la riqueza de la naturaleza y, de forma inconsciente, se vuelve más cuidadosa en la protección de estos espacios. Tercero, declarar estas áreas como zonas protegidas ayuda a detener la urbanización masiva y permite que los ecosistemas se desarrollen libremente, mejorando así los espacios naturales. Creo que esto puede representar un compromiso entre la protección de los espacios naturales y el mantenimiento de una pequeña economía sostenible que funcione gracias a este tipo de turismo, avanzando hacia una visión completamente ecocéntrica de nuestra sociedad. Esto me hizo pensar en una reserva ornitológica cerca de Burdeos: la Reserva Ornitológica del Teich, frente a la cuenca de Arcachon. Es un parque que protege el ecosistema local y las especies que habitan cerca de la cuenca, como numerosas aves. Este parque se puede visitar y promueve el ecoturismo a través de un paseo natural que permite observar especies locales como garcetas, patos, cigüeñas, halcones, martines pescadores, entre muchas otras. Además de generar ingresos mediante el turismo verde, el parque desempeña un papel crucial en la protección de las especies gracias al trabajo de investigadores y observadores que estudian los ciclos de nidificación, invernación y migración. Es un ejemplo perfecto de cómo una visión ecocéntrica puede enriquecer los espacios naturales y sensibilizar a la población. (Este caso tiene cierta similitud con lo que hemos estudiado en nuestro grupo sobre la buena práctica de Valdecañas, con su clasificación como infraestructura verde y ZEPA). Os dejo el enlace a la página web del parque, donde encontraréis mucha información sobre su ecosistema y las especies: https://www.reserve-ornithologique-du-teich.com/les-oiseaux/peuplement/


Clase del 19 de noviembre

Pensando en la cuestión de cómo tener una visión más ecocéntrica de la arquitectura, integrando realmente la naturaleza y el gran paisaje en la construcción arquitectónica, me acordé de una conferencia de un arquitecto llamado Duncan Lewis, que trataba sobre el biomimetismo. El biomimetismo es la idea de estudiar el funcionamiento de los elementos naturales y transcribirlos a la arquitectura. Esto permite resolver problemas técnicos de manera natural antes de recurrir a la tecnología. Me parece que esta es una forma de tener una visión ecocéntrica del proyecto, porque se trata de pensar primero en una manera natural de hacer arquitectura antes de optar por soluciones más tecnológicas o económicas. Sé que algunos de sus proyectos pueden ser criticados, pero también me parece muy interesante estudiar cómo este arquitecto concibe la relación entre su arquitectura y el paisaje: en muchos de sus proyectos, el paisaje forma parte de la arquitectura, son como dos elementos indisociables. Un ejemplo de ello es uno de sus proyectos: la construcción de 60 viviendas sociales en Schoettlé, Mulhouse, en 2005. En este proyecto, Duncan Lewis usa los elementos naturales como parte del diseño, resolviendo algunos problemas técnicos, y también tiene en cuenta el crecimiento de los árboles durante el proceso de construcción. Hay también otro proyecto que me llamó mucho la atención durante su conferencia, que es la "Ecopole" de Velines, Dordogne, en Francia, de 2014, en el que aborda perfectamente el biomimetismo en su arquitectura. Este proyecto está destinado a un cultivo de kiwis, y Duncan Lewis estudió la manera de cultivar los kiwis en los árboles para recrear ese sistema en el edificio. La estructura se eleva y desciende a los lados para permitir el cultivo de los kiwis, y el edificio tiene usos diversos, como cultivo, recepción y venta de los productos. Este enfoque me parece muy interesante porque integra la naturaleza en el proyecto de manera orgánica. En este ejemplo, es la naturaleza la que guía el diseño del proyecto más que el arquitecto, y veo esto como una visión un poco ecocéntrica de la arquitectura. Aquí está el enlace al sitio web de su estudio de arquitectura: http://www.duncan-lewis.com/PROJETS/indexA.html


Clase del 26 de noviembre

La presentación del proyecto de Pikionis en el recorrido de la Acrópolis de Atenas plantea cuestiones interesantes, pero sobre todo, cómo construir con un menor impacto de CO2. Pikionis lo hace muy bien en ese sentido porque utiliza el material que ya está presente en el lugar, y creo que eso es algo que debemos desarrollar más en nuestra época. Hoy en día, el sector de la construcción representa el 23% de las emisiones de CO2 en Francia y el 70% de los residuos (aproximadamente 3400 kg por habitante). Además, sabemos que hay en nuestra tierra casi suficientes construcciones para todos, por lo que podemos pensar en cómo reutilizar estas construcciones abandonadas. Un arquitecto llamado Philippe Madec (francés) ha desarrollado mucho la idea de reutilización de materiales, y especialmente del hormigón, ya que este utiliza recursos naturales que se agotan, como la arena. Él escribió un libro titulado "Mieux avec moins" ("Mejor con menos") y creo que eso puede servir como horizonte para nuestros proyectos. También quería hablar de un proyecto que Philippe Madec realizó en París: una biblioteca y casa de refugiados construida sobre un edificio existente. En este proyecto, hubo que deconstruir algunas partes del edificio antiguo para poder construir el nuevo, y lo que hizo el estudio del arquitecto fue guardar el hormigón de la deconstrucción y reutilizarlo para el revestimiento del suelo. Creo que esto es un enfoque algo ecocéntrico, porque además de pensar en el paisaje y el entorno, el arquitecto trata el proyecto como algo real y no solo como un "objeto de arte", lo que permite pensar en su construcción y también en cómo realizar una deconstrucción de manera que se emita menos CO2. Tuve un profesor en Burdeos llamado Christophe Hutin, quien trabajaba mucho con Lacaton y Vassal. Los tres lucharon contra un proyecto en Grand Parc, Burdeos (junto al proyecto de ampliación de viviendas sociales de Lacaton y Vassal). El proyecto proponía deconstruir una torre de oficinas para reconstruirla 500 metros más lejos. Es evidente que esto era un error, y mi profesor y Lacaton y Vassal defendían que la deconstrucción y reconstrucción de la torre habría emitido mucho más CO2 que rehabilitar el edificio. Esto es algo que podemos tener en cuenta para los proyectos monográficos: ¿cómo utilizar los materiales de las deconstrucciones para minimizar las emisiones de CO2? Enlaces: https://www.atelierphilippemadec.com/architecture/cultural/mediatheque-et-maison-des-refugies.html Link del libro "Mieux avec moins" : https://terreurbaine.com/mieux-avec-moins/


Clase del 03 de diciembre

Desde sus inicios, la arquitectura tenía como objetivo protegernos de la naturaleza. Construimos muros para resguardarnos del frío, techos para protegernos de la lluvia y ventanas para protegernos del sol. Sin embargo, el problema ahora es que estamos desconectados del entorno y de esa naturaleza. Sería interesante reflexionar sobre cómo convivir de manera más armónica con los elementos naturales que forman parte de nuestro mundo y aprovecharlos de manera más consciente. Hay un proyecto muy interesante que utiliza los elementos naturales de manera innovadora, y me parece muy ecocéntrico porque se basa en la observación de la naturaleza para dar forma al diseño. Se trata de un hombre en Francia que ha construido su casa gracias al sol: su proyecto se llama "Heliodome". Este hombre estudió la trayectoria del sol, y eso dio lugar a un volumen que constituye el diseño de su casa. Una parte es de vidrio y la otra corresponde al techo. En invierno, cuando el sol está más bajo en el cielo, la fachada de vidrio permite calentar la casa; en verano, cuando el sol está más alto, el techo protege la vivienda del sobrecalentamiento. Es una solución muy simple para resolver el problema del gasto energético, utilizando únicamente un diseño dictado por el funcionamiento de la naturaleza. Gracias a esto, el hombre apenas consume energía para calefacción. Creo que es de esta manera como debemos abordar nuestros proyectos: estudiando la naturaleza para diseñarlos, permitiendo que sea ella quien dicte el diseño, y no al revés. Link de un vídeo de presentación del proyecto: https://www.youtube.com/watch?v=JOWxSY9oGz4

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