Monografico de Proyectos 2024-2025/CIPRIANO
clase de 17.09
La transición ecosocial en las áreas costeras caracterizadas por un exceso de urbanización y turismo puede iniciarse deshaciendo estructuras inadecuadas y recuperando los espacios naturales de alto valor. Los destinos costeros, a menudo insuficientes en servicios esenciales y sobrepoblados por infraestructuras privadas innecesarias, ofrecen oportunidades para reflexiones y acciones de recuperación.
¿Pero realmente es la mejor solución? Es importante evaluar los pros y los contras de esta solución radical: sin duda, emprender un camino de demolición no es un paso a subestimar dado el impacto ecológico y también social. Muchos lugares que probablemente son inapropiados a los ojos expertos podrían ser tesoros para la vida social, por lo que es bueno, entonces, no hacer una generalización sobre el caso, sino llevar a cabo investigaciones adecuadas. Sin embargo, no desdigo la idea de que la demolición podría ser una de las mejores soluciones; la restauración del área verde es sin duda la solución más adecuada para lograr un resultado que pueda mejorar con el tiempo, aportando beneficios a la vida de las personas o, más simplemente, al perfil paisajístico. Muchas veces, sin embargo, se cree que es un proceso rápido y controlado, lo cual, desafortunadamente, no es así: demasiadas veces estos tipos de programas quedan en suspenso, por lo que me pregunto si no sería mejor reutilizar lo que se ha construido para otros fines. Después de todo, la construcción siempre ha sido y siempre será un sector en crecimiento; incluso si demolamos para restaurar el verde, probablemente en una década será terreno fértil para otro proyecto; por lo tanto, sería mejor emplear los espacios para un fin funcional y no dejarlos al crecimiento descontrolado de la naturaleza.
clase de 24.09
Me encuentro realmente interesada en la idea de la arquitectura como algo que no sea meramente temporal, sino que pueda durar y persistir en una sociedad en constante cambio. A veces, demasiadas veces, la arquitectura se percibe con una visión ingenieril: no se trata de construir por necesidad, se trata de construir para mejorar. Un edificio que responde a su función no es definible como arquitectura, o al menos no es necesario definirlo así: una verdadera arquitectura es una conjunción entre arte y funcionalidad que no se puede imitar. Un edificio con elementos repetidos que pueda teóricamente levantarse, sin límites de proporción y crecimiento, no es arquitectura, sino construcción, una disciplina respetabilísima pero que, como la ingeniería, no tiene que ver con el arte. Una obra de arte, una arquitectura, es un "finito", inmutable, algo que se relaciona con su sustancia y extrae de ella su forma y carácter. A la ingeniería pertenecen las obras de la técnica, repetibles, multiplicables y superables, sucesivas unas a otras, prototipos de algo mejor porque están completamente dedicadas al propósito. La arquitectura es un monotipo, una obra perpetua, irrepetible, inmodificable porque la esencia de lo que quiere representar, un valor irrepetible: una máquina se utiliza para luego ser reemplazada por una más eficaz, pero no podemos decir lo mismo, por ejemplo, de un cuadro.
clase de 01.10
Hoy tuve el placer de pedalear a lo largo de las riberas del río, una experiencia que supo combinar la belleza de la naturaleza con el encanto de la arquitectura. La pedaleada resultó ser no solo un momento de ocio, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de estos lugares, donde la arquitectura humana y el entorno natural podrían coexistir en perfecta armonía. El paisaje natural en una ciudad reviste una importancia fundamental para el bienestar de quienes la habitan. En primer lugar, los espacios verdes, como parques y jardines, ofrecen un refugio de la frenética vida urbana, permitiendo a los ciudadanos relajarse y reconectarse con la naturaleza. Estos lugares no solo mejoran la calidad del aire y contribuyen a la biodiversidad, sino que también desempeñan un papel crucial en la salud mental y física, promoviendo actividades al aire libre y socialización. Además, un paisaje natural bien cuidado puede aumentar el valor de las propiedades y atraer turistas, contribuyendo así a la economía local. Las áreas verdes también funcionan como importantes corredores ecológicos, apoyando la fauna y flora locales y haciendo que la ciudad sea más resiliente ante los efectos del cambio climático. Finalmente, la integración de la naturaleza en el tejido urbano promueve una mayor conciencia ecológica y responsabilidad ambiental entre los ciudadanos, fomentando comportamientos más sostenibles. En resumen, el paisaje natural es un elemento indispensable para crear ciudades habitables, sostenibles y a escala humana. En este pequeño momento, redescubrí un sentido de conexión profunda con el mundo que nos rodea, un recordatorio de que la belleza puede encontrarse tanto en los detalles de las construcciones como en la grandiosidad de la naturaleza.