Monográfico de Proyectos 2021-2022/CONCURSO PARA LA CUIUDAD DEL FLAMENCO
CONCURSO INTERNACIONAL PARA LA CIUDAD DEL FLAMENCO
EL CONCURSO
El Concurso Internacional de Arquitectura para la construcción de la Ciudad del Flamenco fue la apuesta más ambiciosa de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Jerez para llevar a cabo el Plan de Promoción Integral del centro histórico para regenerar el intramuros de la ciudad y promocionar el Arte Flamenco. El lugar elegido para desarrollar el concurso del complejo cultural fue la Plaza Belén. El concurso se presentó el 30 de junio de 2003 y el fallo del jurado se dio a conocer el 10 de enero de 2004. El propósito de este concurso yace en el interés de promover el Arte Flamenco en todas sus disciplinas desde su propia cuna, Jerez de la Frontera, Cádiz. El objetivo del concurso era la creación de un lugar emblemático y representativo que reuniera diferentes instituciones dedicadas al estudio y expansión del Flamenco. Además, el proyecto sería clave para la revitalización del centro histórico de Jerez. El proyecto suponía proponer un considerable volumen de construcción en el tejido de la urbe, de edificación modesta entre calles recoletas, estrechas y laberínticas, teniendo en cuenta su ubicación, contexto y naturaleza. Seis fueron las propuestas presentadas para tal cometido. El proyecto, debía ser entendido como un hito arquitectónico contemporáneo que incorporase como mínimo:
- Museo del Flamenco.
- Auditorio Nacional del Flamenco.
- Escuela de Arte Flamenco.
- Centro de Investigación y Documentación del Flamenco (CIDAF)
CONTEXTO HISTÓRICO
En primer lugar, me remontaré hasta mediados del siglo XVII. Situada en el intramuros de la muralla almohade, la Plaza Belén debe su nombre al ya desaparecido Convento de Nuestra Señora de Belén, fundado por los Mercedarios Descalzos en 1644 y construido en 1648. Tras la desamortización de Mendizábal, el Convento fue exclaustrado y pasó a ser cárcel de la ciudad.
Este hecho supuso un cambio en el barrio de San Lucas (donde se ubica la Plaza), que entró en una decadencia que se extiende hasta la actualidad. Posteriormente, pasó a ser colegio público hasta que fue derrumbado en 1993. Desde esa fecha, la Plaza fue empleada como aparcamiento no establecido y representaba un gran vacío en la ciudad. Finalmente quedó cercada y abandonada hasta el fin de las obras el 27 de junio de 2018.
CONTEXTO ARQUITECTÓNICO
La Plaza Belén se sitúa en un punto equidistante entre los barrios de Santiago y San Miguel (los barrios más flamencos y gitanos del mundo) y en el centro de la muralla almohade Andalusí, por lo que el lugar era ideal para el emplazamiento del proyecto.
En una mirada más inmediata, la Plaza queda delimitada al Oeste con la Calle Belén y el Palacio de los Condes de Montegil, del siglo XVIII. Destaca la fachada rematada con guirnaldas a modo de frontones. Al Norte, con las Calles Ponce de León y Sor Ángela de la Cruz, que delimitan la fachada trasera del Colegio del Salvador, actual señoril Mansión de los Ponce de León y caserío bajo de la Calle Luis de Isasi. Al Este, con la calle Rompechapines y el antiguo granero del convento belenista, actual Zoco de Artesanía de Jerez. Finalmente, al Sur, la Plaza Belén queda delimitada por la Nave del Aceite, actual sede de la Peña Flamenca Buena Gente. Finalmente, encauzamos de nuevo la Calle Belén, donde predomina caserío bastante descuidado del barrio de Rompechapines.
MIEMBROS DEL JURADO
Como presidente del jurado, Pedro Pacheco Herrera, que en aquel momento era Delegado de Urbanismo del Ayuntamiento. Fue miembro de diversos partidos andaluces y fue alcalde de Jerez desde 1979 hasta 2003. Para evitar el empate en la decisión del jurado, éste contaba con cuatro vocales, que a su vez contaban individualmente con un equipo de asesores profesionales de diversas materias y nacionalidades para otorgar una deliberación justa y objetiva.
El primero de los vocales fue David Chipperfield, arquitecto y profesor británico que trabajó con arquitectos como Richard Rogers o Norman Foster. Destaca por su arquitectura minimalista y ha ganado varios premios de Arquitectura, entre ellos, el Mies van der Rohe en 2011.
Continuamos con Luis Fernández Galiano, arquitecto y catedrático de Proyectos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, director de las revistas Arquitectura Viva y AV Monografías y fue escritor de la sección de Arquitectura del periódico El País.
Vittorio Magnago Lampugnani, arquitecto, teórico e historiador de la Arquitectura italiano, fue presidente del premio Mies van der Rohe y actualmente, es profesor emérito de Historia del Diseño Urbano en la ETH de Zúrich. También ha ganado varios premios de Arquitectura.
Por último, Dominique Perrault, arquitecto francés con un estilo de Arquitectura postmoderna muy marcado, galardonado con el premio Mies van der Rohe y ha presidido el Instituto Francés de Arquitectura.
PARTICIPANTES
El primer equipo de arquitectos, los sevillanos Antonio Ortiz García y Antonio Cruz Villalón (más conocidos como Cruz y Ortiz). Ambos licenciados en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1971. Han ganado varios premios y han sido finalistas 3 veces en el premio Mies van der Rohe.
Desde Asia, los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, más conocidos como SANAA. Ganadores del premio Pritzker de Arquitectura en 2010. En ese mismo año, Sejima fue designada como Directora de la Bienal de Arquitectura de Venecia.
Guillermo Vázquez Consuegra, arquitecto y profesor sevillano por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla en 1972. Ha sido galardonado con innumerables premios de Arquitectura. A día de hoy, es Profesor Honorario y Director del Taller Internacional Cátedra Blanca.
Juan Navarro Baldeweg, arquitecto, pintor y escultor santanderino. Se graduó en 1965 y doctoró en 1969 en la universidad politécnica de Madrid. Actualmente dirige su propio estudio de Arquitectura en Madrid. En sus inicios, trabajó en el estudio de Alejandro de la Sota.
El quinto equipo, formado por el arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira y el malagueño Juan Miguel Hernández León. Siza se graduó en la vieja Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Oporto en 1966 y ganó el Premio Pritzker en 1992. Ha sido profesor en varias Universidades. Por su lado, Juan Miguel Hernández León se tituló como arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1974 y se doctoró en la misma en 1982. Actualmente es Presidente del Círculo de Bellas Artes, además de karateka. También fue Director de la ETSAM.
Por último, el sexto equipo fueron los suizos Jacques Herzog & Pierre de Meuron (más conocidos como Herzog & de Meuron). Ambos se licenciaron en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich en 1975. Fueron los ganadores del Premio Pritzker en 2001.
PROPUESTAS
Una vez presentados el jurado y los participantes, os mostraré las seis propuestas de lo que podría haber sido hoy día la Ciudad del Flamenco, ubicada en la Plaza Belén, Jerez de la Frontera, considerada la cuna del Flamenco. Seguiré el mismo orden en el que os los he presentado.
CRUZ Y ORTIZ
Cruz y Ortiz tenían la intención de mejorar la conexión de la Plaza Belén en los ejes Norte y Este, por lo que proyectaron un único edifico de planta rectangular que genera en estas direcciones una plaza que da acceso a la Plaza, al igual que lo hace la zona Sur de la misma.
De esta intención surge a la par la sección del edificio, un plano inclinado que conecta ambas plazas, otorgando el carácter transitable del edificio que buscaban los sevillanos.
La posición del auditorio estaba pensada para funcionar también como una gran plaza cubierta. El diseño del auditorio es libremente configurable gracias a puertas correderas, techos verticales y cortinajes permitían generar diversos espacios según el tipo de acontecimiento. Bajo el mismo se proyecta el museo, cuyas salas se organizan a ambos lados de un eje principal iluminado cenitalmente.
Sobre el auditorio se dispone una estructura conjunta capaz que cubre las grandes luces del espacio central del proyecto, que incluye la escuela de flamenco y centro de documentación. Esta estructura cuenta con pasarelas técnicas para el funcionamiento del espectáculo, con lucernarios para iluminar el conjunto interior, creando un “techo con ojos”. Las fachadas y cubiertas estaban pensadas para ser ejecutadas con piedra arenisca, el mismo material de las iglesias próximas.
SANAA
SANAA propuso un espacio abierto que funcionara como plaza durante el día y espacio escénico por la noche. Mediante cubiertas semitransparentes y con una pavimentación escalonada homogénea, el proyecto conecta las diferentes alturas de la plaza permitiendo la circulación libre. Las cubiertas funcionan como una membrana climática proporcionando sombra los días más calurosos del año y reteniendo el calor durante la puesta de sol en invierno.
A diferencia de Cruz y Ortiz, los japoneses integraron la edificación existente en la propuesta, generando actividad tanto interna como en su entorno inmediato. Únicamente el auditorio y la escuela ocupan el solar dejando el resto de dependencias auxiliares alrededor.
También propusieron ubicar distintos usos por la ciudad con intención de promover el movimiento considerando tanto las horas diurnas como las posibles actividades nocturnas. El auditorio está pensado para ser configurable según el espectáculo con diferentes particiones que se elevan, considerando todas las necesidades acústicas. Cuando no hay eventos, las particiones se alojan en el sótano en un espacio protegido. Los huecos de las cubiertas están pensados para crear luces intensas y marcar zonas para escenarios o puntos de encuentro. Según contó Ryue Nishizawa en la presentación del proyecto, la cubierta sería metálica de sección irregular.
VÁZQUEZ CONSUEGRA
La propuesta de Vázquez Consuegra consiste en la emersión de dos volúmenes que sería el auditorio y la escuela de arte flamenco separados por una calle en pendiente. Sobre estos dos módulos se apoya una plataforma que alberga el museo y el centro de investigación, entendiéndose como un módulo unitario.
El vestíbulo, cuya fachada metálica abre hacia la Plaza Belén y en sus paredes, rampas y techos están impresas grandes figuras icónicas del flamenco. El vestíbulo se entiendo como un volumen considerable de hierro permite vincular los distintos niveles del edificio.
Este, desciende hasta las cotas más bajas del auditorio, revestido totalmente de negro con formas curvilíneas dadas por la plataforma superior, definen un anfiteatro asimétrico de color rojo con sombras suspendidas.
El museo cuenta con salas subdividibles atendiendo a las tres grandes disciplinas del flamenco (el toque, el cante y el baile).
También cuenta con una sala diáfana luminosa que mira sobre la plaza y la catedral de Jerez.
NAVARRO BALDEWEG
El conjunto que propuso Baldeweg se entiende desde una plaza interna que une las principales calles de acceso y que da apertura a todas las dependencias. Esta plaza es un lugar de encuentro centrado en el auditorio al aire libre que facilita las actividades espontáneas. Todo esto queda limitado por dos edificios transparentes. La pieza menor alberga funciones administrativas, el centro de investigación y el archivo de flamenco.
La gran pieza de cinco plantas alberga el auditorio y el museo, cuyo mirador que apunta hacia la catedral es un espacio más de exposición que se adueña de la vista y el paisaje del centro histórico. Baldeweg emplea una parcela del barrio de Rompechapines para albergar la escuela de flamenco. Los volúmenes se inclinan o se yerguen, rodean y perfilan un lugar central, y en un movimiento contrario, se dirigen hacia el exterior en búsqueda de los monumentos próximos o distantes. El enfrentamiento entre las dos piezas sirve para crear un umbral que invita al usuario a entrar.
Los edificios se envuelven con una piedra de vidrio blanco y mate, semejante a algunas viviendas de Jerez, con carpintería oculta, y se concentran las aperturas y transparencias en planos completos dispuestos en las caras que forman las concavidades de los prismas. Los paramentos tersos y mudos entran en relación contextual con los grandes muros que encierran las bodegas de Jerez.
SIZA Y HERNÁNDEZ LEÓN
Al igual que Vázquez Consuegra, Siza y Hernández León propusieron dos únicos volúmenes de dimensiones distintas. El mayor alberga el auditorio, museo y el centro de investigación mientras que el menor está pensado para las escuelas. Los edificios se cierran hacia el exterior y se abren hacia los patios interiores. Ambos módulos beben del patio y de la terraza que resuelven las relaciones espaciales internas. El vestíbulo distribuidor se sitúa en torno al pario central que da acceso a las diversas dependencias. A la misma cota da lugar una conexión interna con la escuela.
Estructuralmente, los módulos presentan pantallas y losas de hormigón armado que aceptan los revestimientos tradicionales de cal, zócalos de piedra y acabados en madera o cerámica. Las diferentes cotas de la propuesta están exhaustivamente pensadas en relación con diversos hitos próximos a la Plaza Belén, como la catedral y las iglesias cercanas. El espacio público es entendido como una prolongación de la arquitectura propuesta, prestando especial atención en la localización de los árboles de nueva implantación que sirven de para marcar alineaciones y ámbitos determinados, de igual manera que el ya existente árbol genera el patio que configura la escuela.
HERZOG & DE MEURON
Y finalmente, la propuesta ganadora (que hasta ahora no he querido revelar para mantener la incertidumbre el máximo tiempo posible). Esta propuesta tuvo un desarrollo de proyecto básico y tras el veredicto del jurado, los suizos redactaron el proyecto de ejecución. Me detendré algo más en esta propuesta, mezclando tanto el proyecto básico como el de ejecución, para que podáis entender mejor cómo hubiera sido la Ciudad del Flamenco en la Plaza Belén.
Herzog y de Meuron decidieron que la Ciudad del Flamenco debería ser albergada en lo que ellos definieron como “jardín tapiado”.
Pretendieron proponer fragmentos en el interior que crecieran de forma natural y fueran capaz de integrar otros edificios tanto nuevos como existentes.
El proyecto es entendido como un mismo conjunto. El acceso da directamente al primer jardín el cual sirve de articulación a la derecha hacia el museo y la torre mirador que dialoga con las dos torres del Alcázar y con la catedral. A la izquierda la zona de canto.
El auditorio y la mayoría de las dependencias quedan bajo rasante en el perímetro, cuyos muros son capaces y debido a las singulares aperturas, permiten la entrada de luz e iluminar la baja rasante.
La materialidad empleada en el proyecto son de hormigón in situ, perforado y transformado artificialmente, reflejando la homogeneidad tradicional y pétrea de la ciudad vieja. Algunos paños siguen las líneas, formas y motivos de la tradición flamenca y la ornamentación árabe, siguiendo las líneas históricas de la ciudad.
La relevancia otorgada a la vegetación, heterogénea y los diversos muros perforados e interiores que se entienden como cuerpo extruidos, soterrados y elevados y el estanque que proporciona sonido y humedad, sugieren la sintonía entre el espacio interior y exterior.
Y hasta aquí las seis propuestas para la Ciudad del Flamenco. No obstante, la propuesta de Herzog & de Meuron nunca fue construida. ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Qué hay ahora?
ACTUALIDAD
El 2 de diciembre de 2005 fue el día histórico de la inauguración de las obras. Pilar Sánchez, la que en su momento era la alcaldesa de Jerez, se echó sonriente la foto y bautizó a la obra de los suizos como el “Guggenheim de Jerez.” Debido a problemas económicos y politiqueo en el que no voy a entrar al trapo, las obras se paralizaron a los dos años. Durante más de un lustro fue un tema de conversación que fue de boca en boca entre los jerezanos hasta que paulatinamente, fue quedando en el olvido. En 2009 el proyecto pasó a manos del Estado a través del convenio de construcción del que iba a ser Centro Nacional de Arte Flamenco, es decir, adiós al jardín tapiado de los suizos. El Ayuntamiento de Jerez empezaba a frotarse las manos para remodelar la Plaza Belén. Diez años después de la primera piedra, lo que iba a ser la Ciudad del Flamenco, se convirtió en uno de los solares más caros del mundo, rozando la veintena de millones de euros. Como comenté al principio, el solar quedó cercado y abandonado durante más de una década.
A finales de 2017, comenzaron las obras del nuevo proyecto del Ayuntamiento para la Plaza Belén tal y como la conocemos hoy día. La nueva Plaza se inauguró el 27 de junio de 2018. La empresa que se encargó de la construcción de la misma fue Gyocivil, una constructora de Madrid. La actual Plaza Belén cuenta al Norte con un auditorio escalonado al aire libre para una capacidad de unas 250 personas y un parque infantil. Además de una pavimentación más o menos homogénea, árboles de poca copa y unos bancos, la plaza está prácticamente desértica. Todos los accesos a la plaza quedan resueltos salvando los desniveles con las escaleras y rampas necesarias. La materialidad pétrea del conjunto mantiene algo de sintonía con el entorno, perpetuando ese color grisáceo característico de la zona.
Desde un punto de vista urbanístico, la Plaza Belén sigue suponiendo un gran vacío en la ciudad, ya que en una vista aérea el lugar queda claramente destacado frente al caserío denso del centro histórico de Jerez. Mirando la Plaza Belén bajo la perspectiva funcional, debido a la falta de planos de sombra, en los tramos horarios donde el sol castiga el lugar, es impracticable, sobre todos en los días de verano. La Plaza cuenta con suficiente alumbrado para iluminar el lugar por la noche.
Eventualmente la Plaza Belén alberga diversas atracciones o usos según la festividad. En Navidad, por ejemplo, colocan una bola de árbol gigante que se ilumina y cada hora, suenan dos villancicos (suenan en todo Jerez, bajad un poco el volumen cabrones). También es el lugar donde de vez en cuando montan atracciones de feria para los más pequeños, otorgando cierta actividad a la plaza, siendo un lugar de encuentro eventual para los jerezanos. Por norma general, la plaza es poco frecuentada si no hay eventualidades.
Para finalizar, querría confesaros algo, os he mentido un poco. Es cierto que la propuesta de Herzog & de Meuron nunca salió adelante. No obstante, aún se mantiene el “mockup” que presentaron los suizos para el proyecto. Una maqueta a escala 1:1 del mismo material del proyecto (hormigón armado y perforado) que se sitúa en un solar abandonado al Sur de la Plaza Belén.Este fragmento es el único vestigio de lo que podría haber sido el jardín tapiado de la Ciudad del Flamenco, un proyecto que sin duda hubiera destacado a Jerez de la Frontera aún más en el mapa, a pesar de su reconocible fama por el vino, la feria y el caballo.
Ya desde mi punto de vista, decir que desgraciadamente no gozamos a día de hoy de ninguna de las destacadas propuestas presentadas al Concurso. Hubiera sido un honor gozar de cualquiera de ellas como nativo jerezano que soy y más aun estudiando Arquitectura.
Espero que os haya gustado.