Malgrat del mar

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Nos situamos en un pueblo costero al norte de la provincia de Barcelona, donde la problemática que encontramos es en la cercanía al mar del recorrido ferroviario, en el tramo entre Blanes y Malgrat de Mar.

En numerosas ocasiones, sobre todo tras grandes temporales como el temporal “Gloria”, la fuerza del mar arrebata parte del terreno de las vías, ocasionando graves destrozos. Esto conlleva la suspensión del recorrido, por lo tanto la habilitación de otro medio de transporte como el autobús además de la necesidad de arreglar la zona, añadiendo tierra y creando espigones de protección.

Elia. rio.png


Para hallar las causas podríamos remontarnos a lo que parece ser un río que se encuentra justo a la derecha (en la imagen). Ese río evidentemente está tapado desde donde empiezan las urbanizaciones, pero parece que no lleva agua desde hace mucho tiempo, pues observando río arriba, aparece seco hasta que pierdo el rastro. Esto puede causar que la línea de costa vaya invadiendo la tierra, puesto que debería existir un equilibrio entre los sedimentos que deja el río en su desembocadura y los que va retirando el mar. Al no llevar agua, la parte de ir depositando tierra no funciona y solo es el mar el que actúa retirando cada vez más arena como se ve en la imagen histórica:

Elia. malgrat.png


Se puede ver que en 1956 (primera ortofoto realizada) El río parece conservar su función, ya que en la zona predomina la acción agrícola. Al final de siglo ya se puede ver cómo se va tragando el mar la arena de la playa, teniendo el ser humano que rellenar de manera artificial, como se puede que en la línea naranja del 2000 la playa avanza, para que en menos de 5 años vuelva casi a su estado anterior, y de ahí cada vez va retrocediendo más, hasta el estado actual. La imagen actual es muy representativa del problema, pues han captado a dos máquinas tratando de rellenar la zona de arena y piedras, arreglando los destrozos de las vías ferroviarias e intentando protegerlas:

Elia. captura malgrat.png


Encontramos noticias donde se pronuncian expertos, por ejemplo, estas palabras del geólogo Joan Manuel Vilaplana:

"La ocupación del frente litoral sobre las antiguas playas naturales ha restado espacio y condiciona la dinámica litoral natural del Baix Maresme, que nunca ha tendido a formar grandes playas. En este litoral, los numerosos temporales, su frecuencia, su intensidad y su duración y la acción antrópica provocan que la erosión sea predominante por encima de la sedimentación"

"Si le añadimos el incremento del nivel del mar debido al cambio climático, queda claro que la inundación del mar va avanzando progresivamente, por lo que podemos afirmar que la mayoría de playas actuales y la línea de tren del Maresme, en su trazado actual, están condenadas a desaparecer"

"Las playas son sistemas dinámicos que se forman por la aportación de sedimentos de los ríos y riberas, y las corrientes litorales van redistribuyendo la arena a lo largo de la costa", "Las rieras, actualmente muy canalizadas y con cuencas muy urbanizadas, aportan muchos menos sedimentos y eso representa un déficit para la regeneración natural de las playas"

El científico ha recordado que las restauraciones de las playas con aportaciones artificiales de arena "tienen una efectividad temporal de corta duración" y suponen un gran coste económico y daños en el ecosistema marino-litoral.

"Estas obras de defensa son necesarias para incrementar la seguridad de la R1 y evitar posibles incidentes y accidentes ferroviarios a corto plazo, pero no son la solución definitiva y, en ningún caso, la alternativa al traslado de la infraestructura", "una playa ancha es la mejor protección natural contra los temporales marítimos"

"Desplazar la R1 es fundamental para iniciar el proceso de adaptación de nuestro litoral a los nuevos escenarios de emergencia climática".

En esta problemática actúan dos actores relevantes: el humano y la naturaleza. Como ya hemos comentado, todo esto se debe a la estupidez humana de diseñar el trayecto con esa cercanía al mar, sin tener en cuenta la naturaleza, su fuerza y su trayectoria al futuro, una trayectoria que nosotros mismos hemos provocado cortando ese río, por lo que era totalmente previsible, además de las previsiones del cambio climático (que también estamos agravando nosotros), como son la subida del nivel del mar y los temporales cada vez más agresivos.

Esto se convierte en lo que podríamos llamar un activo cautivo, un elemento activo del que nosotros mismos, los que lo creamos, somos cautivos de él. Por ello, la solución de este problema es la desaparición de la vía, es decir, el traslado del recorrido por otro sitio más alejado de la costa. Para justificar su desaparición podemos argumentar:

  • Justificación económica: Siendo como dijimos ya, un activo cautivo, pues estamos atados a gastarnos una gran cantidad de dinero en arreglar los destrozos de la naturaleza, además de ir en contra de ella tratando de proteger la zona, rellenando inútilmente e incansablemente la arena, pues el mar siempre va a seguir retirándola. Esto, además de temas económicos, estamos creando problemas en otra parte, de donde sacamos la arena, estaremos destruyendo otro lugar con otro ecosistema.
  • Justicia social y espacial: Social porque estos casos perjudican al funcionamiento cotidiano de la gente que vive ahí; porque son daños a bienes sociales que reparamos con nuestros impuestos (que deberían ir a otra cosa más util que estar continuamente arreglando algo, cuando el arreglo definitivo sería quitarlo de ahí para evitar los destrozos); y además porque dañamos el ecosistema, que también es una parte viva muy importante en el lugar. Y luego, el concepto de justicia espacial, es desarrollado por Soja (2014), que se refiere al desequilibrio del espacio libre y construido, al espacio arrebatado e invadido por el exceso de desarrollo urbano.
  • Justicia ecológica: En esta zona, la gran retirada de arena por parte del mar se debe a la desaparición del río (propiciada por la urbanización de la zona). Por lo que lo justo sería buscar su recuperación del río, que iría dejando de nuevo sedimentos para mantener la playa (su funcionamiento natural) y así poder dejar de rellenar la playa con arena de otra parte de manera artificial, que también afecta al ecosistema.

Por lo tanto, tras toda esta reflexión, la propuesta de intervención está clara: la demolición respetuosa de las instalaciones y su construcción en otra parte. Disolviendo ese cautiverio económico y dejando que la naturaleza siga su curso sin afectarnos tanto de manera innecesaria. Y luego, a largo plazo, como sabemos que todo lo que hay detrás también va a tener problemas, sabiendo la trayectoria de la línea de playa, una solución factible sería estudiar la recuperación del río y el retranqueo de la zona urbana. Todo ello de manera sostenible evidentemente.