Monográfico de Proyectos 2021-2022/TELLO FERNÁNDEZ BRUNO

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Reseña Semana 1 [14/09/2021]

Tras los meses de desconexión en el estío, mi nuevo curso arrancaba con esta asignatura de Monográfico de Proyectos. Con objetivo de compartir y relacionar el motivo de nuestra estancia en esta clase, cada uno de nosotros se presentó y fue una grata sorpresa descubrir la multinacionalidad que nos reúne. Este factor es un aliciente a poder aprender muchísimo entre nosotros cruzando todas las fronteras.

Más que una clase, fue una charla amena donde empezamos a buscarle las cosquillas al concepto de sostenibilidad en nuestra materia. No obstante, una serie de disciplinas ajenas a la Arquitectura son las que contemplan, analizan y se relacionan con nuestra profesión a modo de sinergia o simbiosis y nos aportan las herramientas para introducir y tener en cuenta la sostenibilidad en nuestros proyectos. Recuerda un poco al “Uno para todos y todos para uno”.

“Si lo defines, lo limitas, en una materia sin límites…”


EJERCICIO 1A: PROYECTO EN SANLÚCAR DE GUADIANA.

Palabras claves: intercambio, articulación, ejes, paralelismo, continuidad.


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El lugar de actuación del proyecto consta del límite directo entre el río Guadiana y el caserío de Sanlúcar, una franja verde ocupada por algunos cultivos privados que fronteriza ambos ámbitos.


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El programa pretende resolver el intercambio de medio y de medio de transporte, posibilitando el acceder al lugar mediante vehículos terrestres (coche, moto, bus, bici…), disfrutar de las diversas estancias y poder acceder al río a través del cantil y el pantalán, donde poder acceder a los medios de transporte acuáticos (barcas, veleros, botes, kayaks…). Este proceso es reversible.


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El proyecto responde a la articulación de dos ejes principales donde, a través de paralelismos, ubicar las diversas estancias y dependencias. El primero, el cauce del río, que establece la frontera entre los medios y su medio de intercambio (pantalán, rampa de acceso, cantil), que dialoga con la cubierta transitable que recoge al proyecto y que mantiene la continuidad con el paseo principal del pueblo.

El segundo, el pasaje de la fachada del caserío directo, que sirve de soporte lineal a los diversos módulos (aseos restaurante, oficinas, parking), jerarquizando los recorridos y homogeneizando al conjunto.


EJERCICIO 1B: AUTOEVALUACIÓN PROYECTO EN SANLÚCAR DE GUADIANA. Tabla page-0001.jpg


Reseña Semana 2 [21/09/2021]

Indagando en la metodología para poder dictaminar qué parámetros jerarquizan la Arquitectura, clasificando su calidad y justificando su existencia, se presentaron una serie de acepciones, de “apellidos” de cada proyecto.

El hacer honor a sus apellidos, hace de la Arquitectura algo sólido y útil, funcional y estético. No obstante, durante la clase también vimos ejemplos de Arquitectura que ensucian su apellido.

Espacio, tiempo, carácter y significado. Así se apellidan los edificios. La buena reputación significa sostenibilidad en la Arquitectura, cruciales en la fase de investigación de un proyecto.

No todo es un cuento de hadas. Muchos gritaron ser sostenibles siendo una empresa altamente contaminante. Una ojeada a la evolución de este concepto durante los años desembocó la necesidad de adjudicar una idea de sostenibilidad real, fuerte, absoluta, donde lo primero es el medio ambiente, lo segundo la sociedad y, por último, la economía.

Y es la economía la que suele llevar siempre las riendas en la Arquitectura, alejándola de la sostenibilidad. No obstante, tras visualizar una charla de Alejandro Aravena sobre 3 proyectos suyos, quedó claro que cada arquitecto es capaz de establecer prioridades, de saber qué va antes y qué va después, dejando la economía en último lugar. Fue altamente grato el conocer a este arquitecto, sus obras y su manera de ejecutarlas.

Por último, gozamos de un entrante hacia la Arquitectura sostenible, sus características, sus normas, su mundo, sus límites. El qué y el cómo se maneja.

Me quedo con un concepto del que fui partícipe: “dos manzanas ≠ dos ideas”. Lo traduzco a “el saber no ocupa lugar = es posible”.


Reseña Semana 3 [28/09/2021]

Fue bastante curioso contemplar la diversidad de proyectos que se expusieron en clase. Sobre todo, observar la variedad de pensamiento y praxis a la hora de proyectar; para qué, para quién y cómo proyectar. Cada proyecto era distinto a los demás.

Si el paradigma no es sostenible, el proyecto no lo será. Es un proceso evolutivo y ha de tenerse en cuenta desde el principio, desde las primeras ideas. Es más, diría que tendría que ser la idea principal, el primer objetivo.

No obstante, sí que es posible realizar cambios en un proyecto ya construido (de manera no sostenible) cuyo resultado vaya rozando la sostenibilidad. Ejemplo de ello, el colegio en San Estanislao, en el que se reutilizaron los mismos escombros para poder construir un graderío perimetral que mejoraba el proyecto. Este fenómeno de reutilizar un material ya empleado en una obra para mejorarla, me recuerda a los caminos de acceso de la Acrópolis de Atenas de Dimitris Pikionis, en los que empleó fragmentos pétreos procedentes del derribo de unas viviendas que en el siglo XIX ocupaban la zona para mejorar las conexiones rodadas y peatonales entre la Acrópolis y el monte Filopapo.


Reseña Semana 4 [5/10/2021]

Tras las últimas exposiciones de los proyectos de los compañeros que faltaban, comenzamos la autoevaluación o autocrítica de nuestros trabajos. Dicho ejercicio se desarrolla en un A4 con dos tablas, en las cuales analicé el proyecto desde un punto de vista general (entendí por ello un punto de vista superficial del proyecto) y desde un punto de vista arquitectónico (entendí por ello una observación desde una perspectiva de nuestra profesión).

A pesar de que tardé bastante en rellenar ambas tablas bajo ambas visiones, mientras realizaba mi autocrítica, pensé que un mismo proyecto debería visualizarse desde más de esas dos visiones. Desde el punto de vista más objetivo, empírico y crítico de una entidad entendida en la profesión hasta el punto de vista más subjetivo, banal e ignorante de una persona totalmente ajena al tema. Cada uno podría tener una mentalidad diferente hacia el proyecto, y todas las perspectivas deberían ser contempladas, ya que cada usuario podría ser partícipe del mismo. Llegue a esta conclusión debido a mi falta de conocimiento en la multitud de ciencias y ámbitos desde los que se debe contemplar un proyecto.

Fue muy interesante el debate abierto de una iglesia sobre la transformación del uso de un edificio en el sentido de poder ser sostenible en cuanto a la multifuncionalidad que pueda albergar el levantamiento.

Todo esto me lleva a pensar en qué puede ser la sostenibilidad, si una obra muy compleja que apunte hacia una versatilidad concreta o por el contrario una simplicidad ambigua que contemple todo tipo de uso. Esta dicotomía solo hace separar más el uso que debe otorgársele a un edificio, cuanto más concreto y restrictivo, menos sostenible.

En la segunda mitad de la clase pudimos gozar de una charla de Rubén Mora, un antiguo alumno de la asignatura que nos mostró dos proyectos, ambos concebidos desde una visión sostenible. Por fin un ápice de acercamiento hacia este tema que nos encauza, la sostenibilidad, un punto de partida apenas concebido en la ideación de los proyectos.

No obstante, “para que vamos a ir deprisa si el final del camino es un cuento de risa".


Reseña Semana 5 [19/10/2021]

En primer lugar, querría comentar que me hizo mucha ilusión acertar la película de una de las primeras imágenes que fueron mostradas en clase. Es el caso de Blade Runner, una distopía sobre lo que se pensaba que sería 2019 (ya vemos que ni de lejos), pero es un metraje que he visto en varias ocasiones y nunca desde la perspectiva que comentamos en clase. Tengo que sacar un rato para volver a verla y reflexionar sobre la sobremodernidad y comparar cómo ha evolucionado la sociedad actual en comparación a la presentada en la película, quizás encuentre más analogías de las que espero.

Por otro lado, me fascinó descubrir el Cementerio de Villaluenga del Rosario. Es un pueblo al que he tenido la suerte de ir varias veces, pero nunca he llegado a visitar el Cementerio. Ya tengo un plan para cuando vuelva por mis tierras gaditanas. He querido hacer mención de este lugar ya que en clases pasadas yo mismo puse en cuestión el cómo podría evolucionar un edificio cuyo uso está muy marcado, en este caso, el uso religioso que tiene una iglesia, una catedral o un convento.

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En este caso, un cementerio, pero me gustaría mencionar este caso, la iglesia de Santa Bárbara en Llanera, Asturias. Esta iglesia cayó en el olvido y para su reactivación, fue desacralizada y su interior fue transformado en nada más y nada menos que un skatepark, cuyos paramentos fueron plasmados por el artista conocido internacionalmente Okuda.

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En relación a mi descubrimiento del Cementerio, aparece una palabra que a mí me gusta mucho y que según vimos en clase, a Anne Lacaton también. Serendipia. “Un lujo es todo aquello que te sucede y no te esperabas.” Pues para mí fue una serendipia conocer este lugar, ya que me parece una reutilización ideal para un lugar que está en desuso, aparte de la precisión y riqueza del proyecto.

Por último, quería poner un poco en crisis o en cuestión uno de los títulos que vimos al final de la clase: “Estado climácico de un ecosistema es el que tiene la máxima biodiversidad (máxima potencia) y la mínima entropía (mínima energía desperdiciada).” Yo siempre he pensado que los extremos acaban tocándose y no es que este sea el caso, si no que creo que el estado ideal de un ecosistema debería entenderse como un equilibrio, no solo entre la potencia conseguida y la energía desperdiciada, sino también en la sinergia de diversos factores que afectan al ecosistema; fauna, flora, temperatura, sociedad, economía, contexto…


Reseña Semana 6 [26/10/2021]

Esta clase sin duda ha sido la MEJOR hasta ahora. A pesar de que fue una total odisea alquilar las bicicletas, pudimos iniciar nuestra clase según lo previsto en la puerta de la facultad. Tras un frenético descenso por las calles del Realejo, alcanzamos nuestro punto de partida, el río Genil en plena ciudad, a la altura de la Plaza del Humilladero. Cuan corto fue ese trayecto que ya se perdió casi la mitad del pelotón.

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Tras reagruparnos, empecé a entender el propósito del viaje. El trayecto empezaba en la ciudad colmatada, en plena urbe de Granada. El caudal de agua es mínimo, tanto, que se puede ver fácilmente el paramento por el que fluye. Apenas hace ruido, casi podría decirse que pasa desapercibido en la ciudad si no fuera por el cambio de cota que supone el río con respecto al caserío. Empezamos a pedalear en dirección contraria a la que el agua fluye. Algo debería cambiar si nos alejábamos del centro de Granada.

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Y así fue, pocos metros más adelante, dejando atrás el Puente Verde, cambió. El río sufre un estrechamiento a pocos metros de dicho puente, por lo que el caudal era ligeramente mayor, el ruido del recorrido estaba presente. Muy de reconocer el hecho de los primeros vestigios de vegetación de ribera, algunos juncos y maleza próxima a la cuenca. Los bloques de viviendas aún seguían presentes, pero se respiraba un aura de extrarradio; nos estábamos alejando.

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Tras un rato pedaleando, nos detuvimos próximos a un puente de estructura metálica con cruces de San Andrés bajo mi punto de vista, muy elegante. El entorno próximo al río ya era distinto; solo predominaban las construcciones a un lado del agua. Empezaron a surgir los diferentes parámetros que ofrece el lugar y cómo estos mismos, hacen propio el ecosistema. En este caso, la humedad y el soleamiento distinguían ambas riberas. A simple vista no es algo medible o equiparable, pero el río es inteligente y la vegetación también. No obstante, en este punto el Genil sigue presentando una gran presencia humana, el cauce sigue enmarcado por paramentos de hormigón.

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En este punto expuse una idea en voz alta sobre poder entender ambas riberas de manera unitaria, siendo el eje perpendicular el río (no necesariamente ha de ser perpendicular, pero sí que conecte ambos lados) el conector, pudiendo gozar de las posibilidades que ofrecen las dos posiciones a partir de un elemento de unión que regularice y homogeneice al Genil. Poco más adelante, descubriría que el río es más inteligente que yo.

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Desde este punto hasta la próxima parada, el entorno sufre un drástico cambio. En contraste al inicio del recorrido, el cauce es natural (desaparece el hormigón y la pavimentación). La vegetación de ribera aumenta y se hace densa, dando lugar a la bóveda del río, precisamente esa conexión que yo había pensado en la parada anterior. Pequeños roedores, reptiles, aves e incluso insectos disponen de un medio de transición natural otorgado por la mencionada vegetación. Además, esto genera planos de sombra y luz con diferente densidad y profundidad.

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A pesar de la naturalidad (literal y metafóricamente hablando) de estos cambios, es destacable el fuerte contraste entre los diferentes ámbitos del lugar. La pronunciación del valle resulta en la clara división de recorridos cuyas transiciones son muy bruscas ya que las direcciones son paralelas. La carretera supone una presencia acústica y una línea peligrosa de entrada o salida al río. A una cota inferior se encuentra el recorrido artificial para los caminantes, corredores y ciclistas, la vía rápida, que está desligada del recorrido del agua por otra reducción de cota y una valla metálica que sería innecesaria si se plantease una solución de continuidad entre las líneas mencionadas. Algo curioso a destacar era el color del ambiente, desde el río hacia fuera se genera un gradiente desde el verde hasta tonos más amarillentos, dado por la proximidad de la vegetación al agua.

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Cuestas hacia arriba y abajo, un suelo natural, pedregoso y en ocasiones difícil, maleza, mariposas volando y olor a humedad. La carretera apenas se escucha. Los árboles cada vez son más altos y más densos. Alcanzamos un pequeño claro en el camino en el que un puente de madera conectaba las dos riberas. La sensación que suscitaba el lugar era totalmente diferente a la del inicio del recorrido. Se respiraba un aura de naturaleza, heterogeneidad y tranquilidad en el ambiente. La ribera podía entenderse como una sola, irregular pero autónoma, ya que esas líneas comentadas anteriormente (carretera, camino y ribera) se han ido diluyendo hasta quedar la carretera alejada y sólo un ámbito el que acompaña al río.

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Cruzando un arco de Durillo, acompañado de la brisa y con un par de sustos por caída llegamos precisamente a una caída de agua. Una gran cascada les da la bienvenida a nuestros oídos. Es en este preciso lugar donde el río Genil sufre una división de su cauce, por un lado, sigue su curso normal pero el segundo recorrido, artificial, denominado Acequia Gorda abastece a las diversas parcelas de cultivo que acompañan a la linealidad del río en dirección Granada ciudad. La cascada supone un cambio de cota considerable, una presencia acústica notable y un punto del río donde es complicada la comunicación entre ambas riberas. Desconozco si es aprovechado el salto, pero toda caída de un fluido genera una energía que podría ser utilizada para dar electricidad al alumbrado que acompaña al río, por ejemplo.

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Sin saberlo, la cascada también sería un punto de inflexión muy notable en el ecosistema del río ya que desaparece esa linealidad tan marcada de los tres recorridos que veíamos al principio. Toda la cuenca se entiende como una sola; una autonomía muy marcada debido a la ausencia de pavimento, flora aleatoria e irregularidad en el trazado de la ribera que ofrecen un ecosistema mucho más natural que el del principio de la jornada.

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Nuestro recorrido empezaba a acariciar la vuelta a casa no sin antes una última parada. Fernando y yo fuimos los únicos valientes en descalzarnos y meter los pies en el gélido río. El sol empezaba a esconderse y todo se tiñe de colores amarillentos. Las copas de los árboles se reflejan en el agua que emborrona nuestras faces cuando le plantamos cara. Se paladea la tranquilidad del lugar tanto que casi parece un insulto nuestra presencia.

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Como una flecha en el mar, empezamos nuestra vuelta a casa pedaleando sobre un terreno en el que a ambos lados nos ganaba la carrera el agua. Es curioso porque parece que nosotros éramos el río, ya que entendemos por normal general que el agua corre en el centro del valle. La línea de bicicletas era el equinoccio del valle y el agua parecían las riberas donde solemos pisar. Un negativo en la vida real.

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“Entre dos aguas como Paco,

Entre dos ríos, Belgrado.

Entre mis labios un petardo, vestía leopardo,

Entre mis manos sus leotardos.”

[Metacrilato, Prok]

La vuelta a casa no fue más que ver en reverso el proceso de evolución del valle según nos acercamos a la ciudad. Fue quizás más explicativa ya que sabía lo que me iba a encontrar, entonces pude apreciar con más detalle cada cambio partiendo de un lugar levemente afectado por el ser humano hasta un “río urbano” encajado en una masificación de hormigón armado y puentes asfaltados.

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Finalmente, con la luz del crepúsculo, el líder del pelotón ciclista tuvo el gran detalle de invitarnos a todos a una deliciosa cerveza mientras conversábamos sobre la clase, la Arquitectura y demás temas. Fue un cierre de jornada muy agradable y agradezco mucho el gesto de la invitación, José María.

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