Monografico de Proyectos 2025-2026/BOSQUIN ELYNE
Curso 23/09
La semana pasada, con las presentaciones de los proyectos, me di cuenta de que lo más importante es fijarse en el contexto. No se puede pensar un proyecto sin ver dónde está y cómo se relaciona con el entorno. También entendí que la sostenibilidad no es solo el resultado final, sino todo el proceso. Por ejemplo, de dónde vienen los materiales, si se encuentran cerca o si hay que traerlos de lejos. Y claro, cómo se transportan, porque eso también tiene un impacto en el medio ambiente y en los costos. Son preguntas que parecen sencillas, pero en realidad son básicas para trabajar de otra manera.
Curso 30/09
Me pareció que esta forma de dar la clase fue más agradable y enriquecedora que una explicación tradicional en el aula. Ver concretamente las diferentes intervenciones realizadas en el río ayudó a comprender mejor los objetivos del profesor. Esto hacía que los conceptos fueran más claros y concretos. Observar las modificaciones, las especies vegetales presentes, y en particular las que fueron importadas, me permitió visualizar mejor los impactos en el medio ambiente. También fue interesante ver cómo estas intervenciones influyen en el equilibrio del ecosistema. Este enfoque hace que el aprendizaje sea más dinámico y fácil de recordar.
CURSO 07/10 A lo largo de esta sesión comprendí que la ética en la arquitectura no reside solo en los materiales o en las normas, sino en una actitud de responsabilidad hacia el territorio. Concebir significa aprender a escuchar, observar y actuar con mesura, reconociendo el valor de lo que ya existe. El arquitecto deja de ser un creador absoluto para convertirse en mediador entre la naturaleza, la sociedad y el espacio. Cuidar un lugar implica respetar su identidad y permitirle evolucionar según sus propias dinámicas. Esta postura se vincula con una visión de sostenibilidad fuerte, basada en la conciencia de los límites y en la preservación de los bienes comunes. Prácticas como las de Lacaton & Vassal o Wang Shu ilustran esta ética del “hacer con”, donde reutilizar y adaptar valen más que sustituir. Así, la arquitectura deja de imponer formas para convertirse en un acto de escucha, diálogo y continuidad entre los seres, los materiales y los paisajes.
Curso 14/10 Para mí, comprender la relación entre el ser humano y la naturaleza significa reconocer que formamos parte de un mismo sistema y que nuestras acciones siempre tienen consecuencias sobre él. Cuando veo desastres como las inundaciones en Cataluña, pienso que a menudo son el resultado de no haber escuchado bien al territorio. Trabajar con un lugar implica aprender a leerlo, entender sus lógicas, sus ritmos y colaborar con quienes lo habitan cada día. Creo que debemos repensar nuestra forma de proyectar, buscando un equilibrio entre lo construido y lo vivo. Me gusta la idea de los proyectos que no se imponen al paisaje, sino que lo prolongan, que le permiten respirar. Hoy en día, la sostenibilidad no debería ser una opción, sino una evidencia. Para mí, “renaturalizar” no significa borrar nuestras huellas, sino reconciliar lo construido con lo natural, recuperar una armonía donde cada elemento tenga su lugar. Es en esta atención al lugar donde el paisaje vuelve a cobrar todo su sentido.
Curso 28/10 La implementación del proyecto sobre el CRTLM representó un verdadero desafío, ya que consistía en coordinar una organización que integrara varios ejes y niveles de análisis. El trabajo abarcó diferentes escalas —desde la territorial hasta la arquitectónica—, así como dimensiones históricas, sociales y culturales. El objetivo era articular estos distintos puntos de vista para abordar un mismo problema de manera coherente y multidisciplinaria. La incorporación al equipo de diseño gráfico resultó especialmente enriquecedora y en plena sintonía con mis intereses personales. Las discusiones en torno al caso de Marbella destacaron la importancia de imaginar nuevos usos para los espacios existentes o por crear. El método de clasificación de las ideas según las necesidades y las escalas se mostró pertinente y estructurante. En conjunto, la dinámica colectiva del grupo deja entrever una base sólida para el desarrollo futuro del proyecto.
Curso 4/11
Pensar la arquitectura en relación con la naturaleza significa considerar que el hábitat existe dentro de un entorno vivo, en constante transformación. La naturaleza ya no se limita a ser un fondo decorativo; se convierte en un actor del proyecto, influyendo en su forma y materialidad. La arquitectura no debe dominar el paisaje, sino aprender a coexistir con sus ritmos y fragilidad. Concebir un proyecto implica desarrollar una sensibilidad hacia el territorio y respetar su equilibrio ecológico. Ejemplos como Villa Malaparte o Can Lis muestran que la integración visual y ambiental puede reforzar la armonía entre construcción y paisaje. Los jardines de Capability Brown ilustran cómo la naturaleza puede ser valorada sin ser controlada, preservando sus funciones y belleza intrínseca. El complejo CRTLM, aunque parcialmente abandonado, demuestra que las construcciones humanas pueden integrarse en el contexto natural si se mantienen a escala humana y abiertas a los sistemas vivos. La degradación actual y la urbanización de los alrededores resaltan la importancia de proteger este tipo de arquitectura sensible al paisaje. La cultura del paisaje aparece así como una síntesis del arte, la naturaleza y la arquitectura, superando la estética para convertirse en una verdadera forma de habitar. En definitiva, la arquitectura concebida con la naturaleza desarrolla una ética del habitar, que valora la escucha, el respeto y la convivencia con lo vivo.
curso 11/11
En este curso hemos sido divididos en grupos para empezar a reflexionar sobre las primeras ideas del proyecto. Con mi grupo decidimos centrarnos principalmente en el paisaje y en cómo podría replantearse. Muy pronto nos dimos cuenta de que este aspecto necesitaba una actualización importante. Para nutrir nuestra reflexión, mencionamos los trabajos de Gilles Clément, especialmente su enfoque del “jardín en movimiento”, así como los de Piet Oudolf. Su manera de considerar la dinámica vegetal y la evolución natural de los entornos nos parece especialmente pertinente en este caso. El diseño paisajístico existente tiene poco en cuenta la topografía e introduce especies vegetales que no están adaptadas al lugar. Una primera intención sería, por tanto, reintroducir plantas autóctonas coherentes con el ecosistema local. También hablamos de la presencia de un césped muy denso y uniforme que no corresponde ni al tipo de paisaje del territorio ni a las condiciones ambientales del sitio, y que además requiere un mantenimiento considerable, especialmente en términos de agua. Aunque estas zonas de césped pueden desempeñar un papel social a menudo son espacios de encuentro y de actividades quizá sería más interesante conservarlas solo en zonas específicas y diversificar el resto con vegetación local, como los octocones. La cuestión de los aparcamientos también surgió varias veces. Uno de ellos está situado justo frente al mar, lo cual resulta una lástima y perjudica la lectura del paisaje. En general, al observar las fotos y las vistas aéreas, los coches parecen extremadamente presentes y dominan el entorno más de lo deseado. Además de estas posibles mejoras, reflexionamos sobre cómo presentar nuestras ideas. Nos gustaría producir documentos claros y pedagógicos, para que nuestras intenciones puedan ser comprendidas fácilmente por un público amplio. Entre los formatos que consideramos, pensamos en realizar una serie de mapas sencillos para representar las distintas zonas y su programa. Una axonometría compuesta por varias capas vegetación, viales, tipos de ocupación también permitiría mostrar cómo interactúan estos elementos. Finalmente, una sección podría ilustrar el recorrido desde la carretera hasta el mar y hacer más legible la organización del proyecto.