Monografico de Proyectos 2024-2025/PEREZ
CLASE 1
17/09/2024
La arquitectura debe ser una extensión respetuosa y armoniosa del entorno natural y cultural que la rodea. Los edificios no deberían imponerse sobre el paisaje ni alterar de forma destructiva el equilibrio del ecosistema. En lugar de forzar el entorno a ajustarse a los requerimientos de una construcción, la arquitectura debe adaptarse a las características del lugar, tanto en términos de su geografía como de su contexto social y cultural.
Uno de los principios fundamentales de la arquitectura sostenible es la integración del edificio con su entorno. Cada lugar tiene su propia identidad, que incluye factores como el clima, la topografía, la flora, la fauna y las tradiciones locales. Un diseño respetuoso con el entorno no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también responde mejor a las necesidades y particularidades de la comunidad que lo habita. Por ejemplo, el uso de materiales locales y técnicas constructivas adaptadas al clima puede reducir el consumo de recursos y energía, contribuyendo a una mayor eficiencia energética y menor huella ecológica.
Además, la adaptación al entorno no solo se refiere al aspecto físico, sino también al contexto social y cultural. Los edificios deben tener en cuenta la historia, las costumbres y las necesidades de la población local. La arquitectura puede y debe enriquecer el entorno, crear vínculos con la comunidad y respetar el patrimonio cultural, en lugar de imponer una estética ajena que desentone con su contexto.
En conclusión, la arquitectura debe ser un reflejo de su entorno, una manifestación que respete y se integre de manera natural a la tierra, la cultura y la gente. Cuando los edificios se adaptan al entorno, no solo se mejora la calidad de vida de quienes los habitan, sino que también se contribuye a la conservación del medio ambiente y al fortalecimiento de la identidad local. La arquitectura no debe ser un acto de dominación sobre el paisaje, sino una colaboración armónica con él.
CLASE 2
24/09/2024
La arquitectura tiene un poder transformador en la sociedad, ya que los espacios en los que vivimos no solo influyen en nuestra calidad de vida, sino también en las dinámicas sociales y económicas. Por ello, los arquitectos tienen la responsabilidad de diseñar espacios que no generen ni refuercen desigualdades, sino que fomenten la equidad y el acceso a oportunidades para todas las personas.
La desigualdad social a menudo se refleja en el entorno construido, donde la distribución de los recursos y el acceso a servicios básicos como la vivienda, el transporte y la educación varían drásticamente entre diferentes sectores de la población. La arquitectura no debe ser un medio para perpetuar estas disparidades. Por el contrario, debe ser una herramienta para reducirlas, ofreciendo soluciones que mejoren la calidad de vida de los más vulnerables y promuevan la integración social.
Un ejemplo claro de cómo la arquitectura puede contribuir a la igualdad es el diseño de viviendas accesibles y adecuadas para todos, independientemente del nivel socioeconómico. Los proyectos de vivienda deben ser inclusivos, con una distribución de espacios que favorezca la convivencia y el acceso equitativo a recursos. Asimismo, las ciudades deben ser diseñadas de manera que favorezcan la movilidad, el acceso a servicios públicos, y el desarrollo de espacios comunes que promuevan la interacción entre diferentes grupos sociales.
Además, la arquitectura tiene el poder de fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia. Al diseñar espacios públicos abiertos, parques, y zonas de encuentro, los arquitectos pueden contribuir a la construcción de una sociedad más cohesionada, donde todos los individuos se sientan incluidos y valorados, sin importar su origen o situación económica.
En conclusión, la arquitectura debe ser una herramienta de inclusión social, capaz de ofrecer soluciones que no profundicen las brechas de desigualdad, sino que promuevan una mayor equidad. Los arquitectos, conscientes de su impacto, deben comprometerse a diseñar espacios que favorezcan la integración, el acceso a derechos fundamentales y, en última instancia, una sociedad más justa.
CLASE 3
01/10/2024
La clase sobre el Río Genil me dejó una profunda reflexión. Al experimentar y observar directamente la relación entre la arquitectura y el río, me siento triste al ver cómo los arquitectos que diseñaron el puente y el canal del Genil tomaron decisiones que interrumpieron su flujo natural. Al encajonar el río en bloques de concreto masivos, se cortó no solo el paso de la fauna, sino también el curso natural del agua, privándolo de su belleza y esencia original.
Lo que más impacta es la desconexión entre la naturaleza y la intervención humana. En lugar de trabajar con el río, respetando su trayectoria y su biodiversidad, se optó por una solución que lo limita y lo transforma en algo funcional para los intereses humanos. El río, en su forma original, no solo era un elemento estéticamente bello, sino también vital para el ecosistema circundante. El encajonamiento lo ha convertido en un canal controlado, perdiendo parte de su valor natural y su capacidad de adaptarse al entorno.
Este tipo de intervenciones nos invita a cuestionar cómo la arquitectura y el urbanismo deben abordar los entornos naturales. Es necesario encontrar un equilibrio entre las necesidades humanas y la preservación de la naturaleza, para que podamos vivir en armonía con el medioambiente sin despojarlo de su identidad y funcionalidad original.
La arquitectura no debe ser vista como un fin aislado, sino como un proceso continuo y adaptativo que debe colaborar con la naturaleza. Dejar que la biodiversidad siga su curso, y crear espacios que se integren sin alterarla demasiado, nos permitirá vivir en armonía con nuestro entorno y disfrutar de una mejor calidad de vida. La verdadera sostenibilidad radica en la capacidad de adaptarnos y respetar los ritmos naturales del planeta, creando así un futuro más equilibrado y consciente.
Por lo tanto, debemos ser conscientes de que la arquitectura debe funcionar de manera armónica con la naturaleza. Tomar decisiones de diseño que sean funcionales y estéticamente agradables, pero que al mismo tiempo respeten y se integren al entorno natural, es crucial. Utilizar materiales locales, aprovechar la luz natural, y permitir la circulación del aire son solo algunos ejemplos de cómo podemos crear espacios que no alteren el curso natural del medio ambiente. Estos enfoques no solo preservan el ecosistema, sino que también mejoran la calidad de vida, al ofrecer espacios más saludables y agradables para vivir.
CLASE 4
08/10/2024
SEGUNDO SEMINARIO
Durante el proceso hemos contado con el acompañamiento de grandes profesionistas, profesores, investigadores, etc., por lo que considero que esta colaboración es esencial para implementar medidas efectivas y sostenibles que disminuyan la vulnerabilidad frente a los impactos climáticos y ambientales. Este enfoque integrador permite no solo abordar los problemas de forma holística, sino también crear soluciones que respondan a las necesidades reales de las comunidades afectadas. En este sentido, la planificación anticipada juega un papel crucial, ya que permite anticiparse a posibles desastres y poner en marcha medidas preventivas antes de que los daños sean irreparables.
Un aspecto clave que ha demostrado ser vital en proyectos de desarrollo sostenible es la educación comunitaria. Esta herramienta no solo proporciona a la población los conocimientos necesarios para enfrentar las amenazas ambientales, sino que también fortalece su capacidad para adaptarse a los cambios y tomar decisiones informadas sobre el uso de los recursos naturales. Al involucrar a la comunidad en el proceso de planificación y gestión, se fomentan una mayor conciencia y un sentido de responsabilidad compartida hacia el medio ambiente.
La participación activa y la sensibilización de la población son, por tanto, pilares fundamentales para construir sociedades más resilientes. Solo a través de la colaboración y la educación podemos formar comunidades preparadas para enfrentar los desafíos ambientales del futuro, promoviendo un desarrollo que no solo sea sostenible, sino también inclusivo y capaz de mejorar la calidad de vida para las generaciones venideras.
CLASE 5
15/10/2024
La cuestión de construir fuera de los centros urbanos implica no solo un desafío desde el punto de vista de la eficiencia energética, sino también una responsabilidad sobre el impacto que esto tiene en el medio ambiente. Aunque existen soluciones que pueden mitigar los efectos, como el uso de materiales locales, la orientación adecuada y el aprovechamiento de la luz natural, el simple hecho de construir fuera del entorno urbano incrementa significativamente el consumo de recursos, energía y servicios públicos.
Cuando se nos solicita diseñar un proyecto alejado del centro de la ciudad, surge una pregunta ética fundamental: ¿deberíamos rechazar este tipo de proyectos por los efectos que genera sobre el medio ambiente, o intentar intervenir de manera más sostenible dentro de los parámetros dados? Aquí la decisión no es fácil, ya que, en muchos casos, los desarrollos fuera de la ciudad pueden estar impulsados por la demanda de crecimiento económico o la búsqueda de nuevos espacios para la vivienda. Sin embargo, como arquitectos, debemos considerar si esa expansión realmente es necesaria y si podemos encontrar soluciones alternativas más responsables.
Uno de los aspectos que se mencionaron fue la urbanización en las costas, lo que es un claro ejemplo de cómo las decisiones de planificación urbana pueden tener efectos devastadores no solo en los ecosistemas naturales, sino también en las comunidades locales. Las costas, que deberían ser preservadas como espacios naturales y ecológicos, están siendo cada vez más invadidas por desarrollos inmobiliarios que no solo alteran los paisajes, sino que también son poco sostenibles. La construcción en estos espacios puede empeorar la erosión costera, afectar la biodiversidad y contribuir a la sobreexplotación de los recursos hídricos.
En lugar de simplemente adaptarnos a la demanda de nuevos proyectos, la arquitectura debería ser un acto de reflexión crítica. La pregunta que todo arquitecto debería plantearse es si el desarrollo en una ubicación es realmente necesario y qué efectos tendrá a largo plazo sobre el medio ambiente, la sociedad y los recursos. En este sentido, también es importante pensar en la rehabilitación y reutilización de edificaciones existentes como una alternativa más sostenible que la expansión desmedida.
Finalmente, la responsabilidad ética del arquitecto no es solo crear soluciones eficaces, sino también cuestionar los paradigmas de crecimiento urbano y abogar por un modelo de desarrollo que considere tanto las necesidades humanas como el respeto por el entorno natural.
CLASE 6
22/10/2024
Después de la visita que tuvimos a las playas de Motril y Salobreña me queda como reflexión el ¿hacía donde estamos llevando el planeta tierra, porque el ser humano debe ser tan destructivo y sin conciencia que lo único que estamos logrando es acabarnos el mundo a pedazos por la ambición de aquellos que lo único que les importa es explotar la tierra hasta no poder más?
Creo que como futuros arquitectos tenemos un gran roll en la tierra, ya que la industria de la construcción es una de las que más contaminan y por otro lado podemos lograr grandes cambios si hacemos bien nuestro trabajo y para mi está visita me abrió los ojos al ver por mi misma lo que se esta causando en estas playas, que es la desaparición de la playa en unas partes y en otras lo mucho que ha bajado el nivel del agua, es impresionante lo mucho que bajo el mar de unos años para acá en Salobreña y eso a su vez va desapareciendo flora y fauna que pertenecen a los ecosistemas marinos de los cuales también nos beneficiamos y alimentamos. Para mi es muy triste el conocer sobre esto y saber que por más que se esté trabajando en ello junto con algunas otras instituciones la ignorancia de la gente y corrupción estén retrasando aun más el recuperamiento de estos paraísos naturales.
CLASE 7
29/10/2024
CLASE 8
05-06/11/2024
CLASE 9
12/11/2024
CLASE 10 & 11
19-26/11/2024
En estas clases, trabajé junto a mi equipo en la preparación de nuestro proyecto para la presentación en el segundo seminario. Nuestro objetivo fue mejorar la forma de representación y la información, además de hacerla más accesible y comprensible para todos. Para lograrlo, utilizamos herramientas visuales como dibujos, flechas, diagramas y líneas de tiempo, con el fin de facilitar la comprensión del contenido.
Durante las discusiones en grupo, abordamos la diferencia entre efectos, problemas y escenarios futuros, utilizando una analogía con la medicina: los efectos se comparan con los síntomas, los problemas con la enfermedad, y los escenarios futuros con las soluciones adoptadas. Este enfoque ayudó a clarificar las ideas y a hacer el análisis más tangible.
Además, reflexionamos sobre la funcionalidad ecológica de la naturaleza, explorando cómo ciertas características naturales pueden ser útiles en la arquitectura, como el aislamiento térmico y la reducción del efecto de "isla de calor" urbano. Estas soluciones contribuyen a la creación de microclimas más frescos y saludables, demostrando que la naturaleza no solo es una fuente de inspiración estética, sino también una herramienta práctica para mejorar los entornos urbanos.
CLASE 12
03/12/2024
El ecocentrismo propone un cambio radical en nuestra relación con el planeta, situando a la naturaleza como el eje central de nuestras decisiones, en lugar de los intereses humanos. Este enfoque no solo busca preservar los ecosistemas, sino también reconoce el valor intrínseco de todas las formas de vida, independientemente de su utilidad para el ser humano. En un mundo dominado por el antropocentrismo y la explotación desmedida de recursos, el ecocentrismo se presenta como una alternativa ética y necesaria para alcanzar un equilibrio sostenible.
Por otro lado, la utopía surge como un ideal al que aspiramos, una visión de un futuro perfecto donde la armonía entre el ser humano y la naturaleza es total. Aunque a menudo se percibe como inalcanzable, la utopía no debe ser descartada. Más que un destino, es un horizonte que nos guía hacia la construcción de un mundo más justo y respetuoso con el medio ambiente.
La relación entre ecocentrismo y utopía radica en su capacidad para inspirar transformaciones profundas. Mientras el ecocentrismo nos invita a reconocer nuestros límites y responsabilidades con el planeta, la utopía nos da la esperanza necesaria para avanzar hacia un modelo de vida más sostenible. Sin embargo, el desafío radica en traducir estas ideas en acciones concretas dentro de un sistema global que prioriza el beneficio económico sobre la conservación ambiental.
En última instancia, el ecocentrismo y la utopía no son opuestos a la realidad, sino herramientas que nos ayudan a repensar nuestro lugar en el mundo. Si bien el camino hacia este equilibrio es arduo y requiere un cambio cultural significativo, la posibilidad de un futuro más consciente y respetuoso con la naturaleza bien vale el esfuerzo.
CLASE 13 y 14
19/12/2024
La responsabilidad del arquitecto con la sociedad y el medioambiente
Para finalizar debo decir que me llevo muchos aprendizajes de la materia y de todos aquellos que colaboraron pues pienso que el arquitecto no solo es un creador de espacios, sino también un agente clave en la construcción de un futuro más sostenible y justo. Su trabajo va más allá de diseñar edificios estéticamente agradables; implica tomar decisiones que impactan directamente a las personas y al medioambiente. La responsabilidad del arquitecto con la sociedad y el entorno es, por lo tanto, un aspecto fundamental de su práctica profesional.
En primer lugar, el arquitecto tiene un compromiso con la sociedad. Cada proyecto tiene la capacidad de transformar la vida de las personas, ya sea en términos de habitabilidad, accesibilidad o calidad de vida. El diseño debe considerar las necesidades de las comunidades, teniendo en cuenta factores como la funcionalidad, la seguridad y la inclusión. Además, los arquitectos deben ser sensibles a las particularidades culturales, sociales y económicas del entorno, garantizando que sus proyectos no solo sean estéticamente apropiados, sino también socialmente responsables.
Por otro lado, el impacto ambiental de la arquitectura es innegable. Los arquitectos tienen el deber de diseñar de manera que minimicen el uso de recursos naturales y la huella ecológica. Esto incluye el uso de materiales sostenibles, la optimización del consumo energético y la integración de soluciones pasivas que reduzcan el impacto ambiental. Además, la planificación urbana debe promover la biodiversidad, la conservación del paisaje y la protección de los ecosistemas locales. En un mundo donde los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, la responsabilidad del arquitecto en la preservación del medioambiente se vuelve más urgente.
En conclusión, la responsabilidad del arquitecto va más allá de los planos y las construcciones. Implica un compromiso con la sociedad y con la naturaleza, orientado hacia la creación de espacios que mejoren la calidad de vida de las personas y contribuyan a la sostenibilidad del planeta. La arquitectura debe ser pensada no solo como una forma de responder a las necesidades del presente, sino también como una herramienta para garantizar un futuro equilibrado y armónico entre la humanidad y su entorno.