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Resumen

El proyecto se basó en el principio de comunidad y en la revalorización de las tradiciones, en este caso, el remo. La participación social formó parte de los criterios de diseño y quisimos crear dos situaciones sociales diferentes, según el nivel en el que te encuentres. En la planta baja se generó una relación más íntima, mientras que en el nivel superior el espacio se abre mucho más hacia la ciudad, considerando además que allí se ubica la exposición principal, que debía ser más accesible y abierta.

El concepto que fundamenta estos elementos proviene de la forma de la canoa. A partir del elemento de la embarcación surgieron tanto la estructura como la materialidad y la relación interior-exterior.

Los tres elementos que definen el proyecto son el núcleo, los diafragmas y la columna del edificio, que ayudan a dividirlo en tres partes funcionales, teniendo como elemento central el núcleo, entendido como el centro de gravedad de la “embarcación”, donde se ubican los espacios más sociales.

Las fachadas dinámicas reflejan el movimiento del remo y dialogan con la posición del sol. El edificio se desarrolla en planta baja y establece una relación directa con el agua, estando parcialmente enterrado y rodeado de agua. De este modo se crea una circulación perimetral que permite una experiencia fluida del conjunto y que articula funcionalmente los espacios principales.

Alrededor del edificio se configuró un pequeño ecosistema que interactúa con el río que atraviesa la ciudad. También se buscó la apertura hacia el espacio verde adyacente y, por lo tanto, trabajamos con una forma dinámica, con los elementos que constituyen el edificio. Así, el ritmo se convierte en el elemento principal que genera la arquitectura.